09 abril 2006

1. PROCESOS PSICOLÓGICOS

EL SER HUMANO COMO SUJETO DE PROCESOS PSICOLÓGICOS
Unidad 1

1. Introducción al abordaje psicológico del ser humano: visión integradora de los procesos psicológicos

Contenidos
• Los procesos psicológicos como una posibilidad abierta -y limitada por el cerebro y sus estructuras. Los procesos psicológicos como facultades que permiten:
i) conocer y configurar un mundo con sentido; y
ii) ampliar el actuar/moverse en un mundo físico y social.
• Interrelación de los procesos psicológicos básicos: percepción, atención, memoria, emociones, pensamiento, lenguaje, aprendizaje.
• La dualidad persona-mundo (o persona-realidad): crítica de la visión dualista corriente; aproximación a un dualismo parcial e interdependiente.

Aprendizajes esperados
• Comprenden los procesos psicológicos como una actividad con base biológica específica en el cerebro y sus estructuras, compartida en parte con otros seres vivos, pero especialmente desarrollada en el ser humano.
• Comprenden los procesos psicológicos como una capacidad de la especie y de los individuos particulares, enmarcada en un proceso más global de adaptación a -y configuración de- un ambiente físico y social.
• Comprenden los procesos psicológicos del ser humano como facultades que representan el medio ambiente físico y social y, al mismo tiempo, construyen un mundo pertinente para él.
• Reconocen problemáticas existenciales y del conocimiento que surgen a partir de la reflexión sobre estos procesos.
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GUÍA 1
Nuestro sistema nervioso comparado con el de otras especies

Francisco Varela: “En primer lugar, quisiera señalar que en la historia de la vida hay algo muy interesante que sucede cuando los seres conscientes adquieren la capacidad de moverse: el sistema nervioso está ligado fundamentalmente a la capacidad de movimiento. Consideremos por ejemplo, un animal diminuto, la ameba. Algunas de ellas viven en nuestros intestinos y pueden moverse. Estiran sus protuberancias, semejantes a unos dedos. (...) está a punto de engullir una célula más pequeña. Ahí tenemos movimiento. (...) Déjenme darles otro ejemplo. Los unicelulares con una cola movediza, o flagelum, son muy diminutos. Se requiere un microscopio para verlos. Lo interesante del caso es que cuando esta criatura toca otra superficie, el flagelum se arquea y, al hacer esto, la célula es capaz de cambiar de dirección y alejarse del obstáculo. (...) En estos dos casos de unicelulares asistimos a dos fenómenos fundamentales de la vida y que están relacionados con la existencia del movimiento: cada vez que hay comportamiento y movimiento, hay un componente motor y un componente sensorial, y esto es, ni más ni menos, la historia del sistema nervioso.
Dalai Lama: Tomemos por ejemplo una planta con su sistema de raíces. Cuando hay un fertilizante en el suelo ¿no es acaso verdad que las raíces de la planta en cuestión se van a desarrollar en esa dirección? ¿Puede considerarse esto como un movimiento? ¿Es esto el mismo tipo de movimiento o no?
Varela: Sí, es el mismo tipo de movimiento. La estrategia de vida de las plantas es permanecer en el mismo lugar. Mueven sus raíces un poco, pero eso es todo. En consecuencia no tienen sistema nervioso. (...) Pero cuando nos referimos a animales, este comportamiento primitivo puede volverse más interesante. Es ahí cuando el sistema nervioso realmente comienza a aparecer. (...) De modo que tenemos un componente sensorial y un componente motor. Es interesante que los biólogos descubrieron que estos animales (la hidra) tienen, por primera vez en la historia de la evolución, algo que crece entre los músculos y las células sensoriales. Lo que crece entre estos dos elementos son células muy largas llamadas células nerviosas, o neuronas, término que va a ser muy importante en toda discusión sobre el cerebro. La hidra contiene la historia básica del sistema nervioso: células sensoriales, células motoras y una red de células que crecen entre ambas. Esta red de neuronas permite cosas antes imposibles. Los tentáculos son sensitivos y la base responde con el movimiento, lo que hace que la hidra sea capaz, por ejemplo, de seguir una presa. Cuando uno observa este comportamiento se pregunta ¿cómo es posible?. La explicación que los biólogos dan es que es posible porque las cosas que sienten y las que mueven están en contacto.
Dalai lama: ¿Cuál es pues el papel crucial de las neuronas, puesto que aparentemente la planta y la ameba pueden hacer lo mismo sin neuronas, ¿cuál es el factor distintivo?. En ambos casos, hay un elemento sensorial, ¿cuál es pues la diferencia entre un mensaje sensorial proveniente de una neurona y uno que se produce sin ese intermediario?.
Varela: La diferencia es que, sin neuronas, no hay manera de que una célula sensorial en un extremo de la planta pueda saber lo que otra célula de ese tipo detecta en el otro extremo de la planta. Este es el meollo de la cuestión: las neuronas pueden desempeñar este papel porque son muy largas. Si uno tiene músculos, o factores, y sensores, y éstos no saben cómo juntarse o actuar conjuntamente, entonces son muy pocas las cosas que pueden suceder. Es por eso que las plantas no se mueven, simplemente permanecen ahí. (...) Nuestra pequeña hidra tiene más células sensoriales y motoras que neuronas. En los seres humanos, sin embargo, por cada neurona sensorial hay aproximadamente cien mil interneuronas, esto es, neuronas situadas a lo largo del camino entre una extremidad sensorial y una extremidad motora.”
(Un puente para dos miradas. Conversaciones con el Dalai Lama sobre las Ciencias de la Mente, editado por Francisco Varela y Jeremy Hayward. Dolmen, Santiago, 1997.)
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GUÍA 2

Sobre la materia de la mente
“En realidad, ningún aparato creado por el hombre posee la capacidad de la mente. Su estructura es de tal complejidad que comenzamos a adivinarla. Tómese por ejemplo la corteza cerebral, esa parte central del organismo encargada de las funciones superiores del lenguaje, el pensamiento y la música.
Se calcula que está conformada por diez mil millones de neuronas. Cada una recibe conexiones de otras células nerviosas, en lugares que —recordarán ustedes de sus clases de biología— se llaman sinapsis. Pero he aquí algo sorprendente: hay alrededor de un millón de billones de conexiones en la escasa superficie de la corteza, que extendida no supera el tamaño de una servilleta de mesa. Si uno quisiera contarlas, a razón de una conexión por segundo, demoraría alrededor de 32 millones de años en completar esa cuenta. Pues bien, si además computásemos las combinaciones variables que pueden darse entre esas conexiones, el número resultante sería de aquellos que los expertos llaman “hiperastronómico”; del orden de 10 seguido de millones de ceros”.
(Gerald M. Edelman (1992). Bright air, Brilliant fire. On the matter of the mind, Basic Book, pág. 17).
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GUÍA 3
¿Dónde está la mente?

El artículo “Biología de lo Psíquico” fue escrito en 1991, y su propósito es mostrar la relación dinámica entre la estructura del sistema nervioso y el fluir de las interacciones del organismo. Pero, este artículo acoge además las experiencias cotidianas de lo que llamamos lo psíquico y lo espiritual como fenómenos de la relación, y las explica mostrando cómo vivimos de hecho en un espacio psíquico y cómo ese vivir modula la dinámica de nuestro sistema nervioso y viceversa. No es fácil aceptar que lo humano no se da en la interioridad corporal (aunque depende de ella y existe a través de ella) sino en la dinámica de relación, hecho que puede comprometer la comprensión de este artículo. Somos humanos en el vivir humano, y ese vivir humano es lo que distinguimos en la vida cotidiana al hablar de lo psíquico. Al mismo tiempo somos humanos en la realización relacional de nuestra corporalidad Homo sapiens sapiens, y nuestra corporalidad cambia su realización según el fluir de nuestro ser humanos. Al mirarnos en la reflexión nos vemos en la dualidad mente/cuerpo, aunque no somos duales en esos términos, pero sí surgimos en una dinámica relacional que nos constituye como el resultado del operar de nuestra corporalidad en un dominio diferente de modo que ese operar afecta nuestra corporalidad. ¡Veamos!
Quiero hablar de la biología de lo psíquico, esto es, quiero decir algo sobre cómo surgen los fenómenos que llamamos psíquicos, mentales o espirituales, y señalar dónde ocurren y cuál es su dominio de existencia. No cabe duda de la legitimidad cotidiana de la distinción de lo psíquico, lo mental o lo espiritual. “Lo tengo en mi mente”, decimos apuntando con el dedo hacia nuestra cabeza; “tuve una experiencia espiritual ”, decimos, haciendo referencia a una experiencia de ampliación de nuestra conciencia de pertenencia. ¿A qué nos referimos al hablar de lo mental, lo espiritual o lo psíquico? ¿Qué queremos decir cuando hablamos del alma o del espíritu humanos?
Atendamos un momento a nuestro vivir cotidiano y notaremos que cada vez que hablamos de lo mental, de lo psíquico o del alma, nos referimos a un modo de ser, a una forma de vivir, a una manera de relacionarnos, con otros, con el mundo, o con nosotros mismos. Así, hablamos cotidianamente de lo que nos pasa al hablar de lo psíquico, lo mental o lo espiritual, haciendo una distinción reflexiva sobre cómo estamos en nuestro vivir en la relación. “Estoy enfermo del alma con tanta soledad”, podemos decir. También podemos decir: “No quiero pensar, estoy mentalmente cansado”, o “No me atrevo, pero me doy cuenta de que mi dificultad es meramente psíquica”. En todos estos decires hacemos referencia a cómo nos sentimos o nos movemos en nuestra dinámica de relación como seres humanos en el vivir cotidiano, y es precisamente el fundamento de estos decires lo que yo quiero explicar en este ensayo. ¿Cómo surge y cómo nos afecta en el vivir el cómo vivimos y vemos lo que llamamos la mente, el alma o lo psíquico? En otras palabras, no quiero sólo contestar las preguntas, ¿qué es el alma? o ¿ dónde está la mente?, sino que quiero también revelar y explicar lo que nos pasa en nuestro vivir cotidiano como seres humanos al vivir haciendo las distinciones que hacemos y relacionándonos como nos relacionamos con otros y con nosotros mismos cuando hablamos de lo mental, lo psíquico o lo espiritual. Pero si lo que quiero hacer es revelar y explicar la vida psíquica, mental o espiritual, y ésta tiene lugar en el espacio de relación del organismo, lo que tengo que hacer es explicar la constitución y la dinámica de la vida de relación de cualquier ser vivo. Por esto pienso, también, que si quiero explicar cómo afectan a nuestro vivir nuestra vida mental, psíquica o espiritual, lo que tengo que hacer es ver cómo afecta a nuestra vida de relación nuestra vida de relación. Hacer todo esto parece difícil, sin embargo, no lo es si aceptamos las implicaciones y consecuencias del determinismo estructural constitutivo de nuestro ser biológico.
Veamos.

1. Dominios de existencia
Los humanos, en cuanto seres vivos, existimos como animales, esto es, como Homo sapiens sapiens, en el dominio de nuestra corporalidad molecular, y vivimos como tales en el fluir de nuestros procesos fisiológicos.
Al mismo tiempo, por pertenecer a la clase de animales que somos, esto es, seres humanos, existimos en el dominio de nuestras interacciones y relaciones como tales, en lo que un observador ve como el dominio de nuestra conducta humana. Estos dos dominios de existencia son disjuntos, no se intersectan, y, por lo tanto, los fenómenos o procesos de uno no pertenecen al otro. Existe, sin embargo, una relación generativa entre ellos que veremos más adelante, y según la cual el dominio de la conducta surge como resultado de la dinámica fisiológica que da origen al organismo como totalidad, y la dinámica conductual, como proceso que tiene lugar en las interacciones del organismo, modula a la fisiología que le da origen. Pienso que si no hacemos esta distinción, no reconoceremos que todo ser vivo existe en dos dominios biológicos que no deben confundirse porque ninguno es explicable en términos del otro, y deben ser comprendidos cada uno en su propio ámbito de legitimidad. También quiero destacar que, en la medida en que estos dos dominios de existencia son disjuntos, ambos son operacionalmente ciegos uno con respecto al otro, aun cuando se modulan mutuamente en el fluir del vivir. Y, por último, quiero señalar, que aunque cada dominio de existencia es concreto en su operar, es abstracto con respecto del otro.
(Maturana Humberto (1995). El Sentido de lo Humano. Editorial Dolmen, páginas 183 a185).
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GUÍA 4

2 Los procesos cognitivos

Contenidos
• Percepción: reconocimiento, organización y atribución de sentido a los datos sensoriales. La percepción visual como caso paradigmático (percepción, ilusión, arte).
• Atención: focalización de la percepción, selectividad, flujo, habituación.
• Memoria: almacenamiento y recuperación de información; corto y largo plazo; naturaleza constructiva y reconstructiva de la memoria; olvido.
• Pensamiento: re-presentación y procesamiento de información; operaciones corrientes (análisis, síntesis); pensamiento convergente y divergente; creatividad.
• Lenguaje: principales propiedades distintivas (comunicativa; interacción social y lenguaje; interacción entre pensamiento y lenguaje).
• Aprendizaje: modificación relativamente estable del comportamiento, pensamientos y emociones, producto de la interacción con el mundo (escolar y extra-escolar); tipos y modos de aprendizaje (imitación/modelamiento, condicionamiento, asimilación-acomodación).
• Inteligencia: facultad de aprender; tipos de inteligencia; medición de los tipos de inteligencia.

Aprendizajes esperados
• Identifican y describen los procesos cognitivos fundamentales, reconociendo su funcionamiento integrado en el comportamiento humano.
• Observan y reconocen en sí mismos y en otras personas la manifestación de los procesos estudiados y aplican en forma inicial pero adecuada los conceptos y distinciones fundamentales sobre percepción, memoria, lenguaje, pensamiento, aprendizaje e inteligencia.
• Reconocen creencias personales erróneas sobre la naturaleza y funcionamiento de los procesos cognitivos, ampliando la visión sobre las propias posibilidades cognitivas.
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GUÍA 5



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GUÍA 6


Definiciones relevantes para los procesos de percepción y atención
· Habituación: La persona, de tanto permanecer percibiendo un estímulo, se acostumbra a él y finalmente deja de percibirlo.
· Invisibilización: El estímulo se hace total o parcialmente “invisible” para la persona, en tanto su atención no lo focaliza.
· Atención selectiva: Es la capacidad del sistema nervioso que permite diferenciar lo central de lo accesorio.
PERCEPCIÓN
• Proceso constructivo a través del cual organizamos y damos sentido a los estímulos o datos (externos e internos) provenientes de los sentidos.
• Fluye continuamente, focalizándose de tanto en tanto en ciertos datos, en forma selectiva, haciendo imperceptible otros datos.
• La focalización de la percepción -atención- está influida por características del estímulo y por factores del individuo, como sus intereses y voluntad.
• Organiza y da sentido a los datos sensoriales influida por otros procesos psicológicos, tales como la memoria, el pensamiento, las emociones.
• La ilusión es un caso normal de percepción distorsionada, en el cual cierto arreglo de datos es interpretado por el individuo de una manera errónea.
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GUÍA 7

MEMORIA

• Facultad de gran importancia que participa en el funcionamiento de otros procesos psicológicos, como la percepción, el pensamiento, el aprendizaje.
• Proceso que consta, al menos, de dos momentos o etapas distintas: almacenamiento (o registro) de información y recuperación de la información.
• La memoria reconstruye los datos alguna vez percibidos y almacenados, pero también construye o modifica datos almacenados, por la influencia de otros procesos cognitivos y afectivos.
• Facultad que puede funcionar más o menos eficientemente, dependiendo del uso de estrategias de almacenamiento y recuperación de información.

· Codificación: Ordenamiento o clasificación de la información, requisito para poder guardarla. La codificación consiste en utilizar algún procedimiento para organizar la información dándole algún significado, principalmente ordenar los datos de la percepción y relacionarlos con los mapas cognitivos que cada uno tiene. La información que no ingresa con algún tipo de conexión significativa es difícil de recuperar.
· Almacenamiento: Proceso de guardar la información, en el que influye la repetición de la información y la posibilidad de ejercitarla.
· Recuperación: Capacidad de traer la información guardada para usarla en el presente. La posibilidad de recuperar dependerá de cuán bien se codificó, cuán bien se almacenó y de los factores afectivos que estuvieron presentes en la experiencia registrada.
· Memoria de corto plazo o memoria de trabajo: Es la memoria activa, aquella que tiene la información que estamos usando en este momento. La memoria de trabajo incluye la información que estamos usando a partir de la memoria sensorial y lo que hemos recuperado de la memoria de largo plazo. La memoria de corto plazo selecciona sólo la información que le será de utilidad para una determinada actividad, desechando la restante. Sería imposible para nosotros abocarnos a una tarea o a una conversación si se nos agolparan todos los recuerdos que hemos guardado a lo largo de la vida.
· Memoria de largo plazo: Memoria que almacena la información más permanente y es de dónde recupera su información la memoria de trabajo. Las experiencias significativas son parte de la memoria de largo plazo.
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GUÍA 8

Ejemplo de actividad de pensar

“Esa mañana desperté cuando aún estaba oscuro. Desvelada por completo, recordé con todo detalle, paso a paso, lo que había ocurrido la noche anterior en la que bailamos toda la noche juntos, me contó tantas cosas personales y fue tan atento conmigo como nunca nadie lo había sido. Lo recordaba y me volvía a emocionar. Era extraño sentir que el corazón me latía aún cuando era sólo un recuerdo.
Empecé a imaginar lo que pasaría hoy día. Imaginé que me vendría a ver en la tarde, porque trabajaba los fines de semana en las mañanas. Yo lo esperaría con mis pantalones azules y ordenaría todo muy bien y pondría flores para que le gustara mi casa. Y me imaginé que cuando le abriera la puerta nos miraríamos con la misma mirada con la que nos despedimos. Cuando me estaba imaginando eso nuevamente me emocioné, como si estuviera pasando ahora. Pero mi loca imaginación, no se por qué, de repente empezó a hacer que pasaran cosas que yo no quería imaginar: él me empezó a decir que lo nuestro era imposible, que me amaba pero que tenía una enfermedad terrible y se moriría luego. Yo me reía porque lo encontraba ridículo, y él se enojaba y todo se ponía tan raro. Recuerdo que lo veía con la cara blanca y unos labios rojos que se movían gritando cosas. Entonces me di cuenta que estaba medio dormida y me levanté porque parecía una pesadilla.
Fui a mojarme la cara, y sin darme ni cuenta, mientras pensaba en el sueño que tuve, ordené un poco las ropas que en la noche habían quedado desparramadas por el suelo porque estaba cansada cuando llegué.
Cuando me vi ordenando mi ropa a las cinco de la mañana, me reí de mí misma y me volví a acostar a ver si podía dormir un poco más. Pero estaba demasiado despierta. Se me ocurrió pensar en todas las alternativas que podrían suceder este día y se me ocurrieron las más diversas: desde que yo lo llamaría y le diría que me había gustado mucho y me había despertado pensando en él, hasta que él me venía a decir que pololeáramos, también que él me llamaría y me diría que todo fue muy lindo, pero que estaba pololeando con otra. También se me ocurrieron unas posibilidades más rayadas, como que me venía a buscar y me invitaba a viajar por el mundo. Después me puse un poco más seria y me di cuenta que si estaba pensando en él era porque me gustaba mucho. Decidí que tenía que pensar y elegir cuáles eran las alternativas más posibles que ocurrieran en la realidad y qué haría yo en cada caso. Al final me cansé y me dije a mí misma: para de pensar tanto y deja ahora que las cosas ocurran.”

PENSAMIENTO
• Facultad que procesa información (imágenes, sonidos, símbolos, ideas, emociones), estableciendo relaciones entre los datos.
• El análisis y la síntesis, la asimilación y la acomodación, son algunas de las operaciones del pensamiento más fundamentales y corrientes.
• El razonamiento es un tipo de pensamiento discursivo, que sigue determinadas secuencias de operaciones.
• El pensamiento llamado “de resolución de problemas” es un tipo especial de estrategia de pensamiento que surge cuando hay que dar una respuesta apropiada a una situación problemática.
• Es una facultad que puede ser más o menos eficiente, dependiendo del cuidado, interés y tipo de estrategia para pensar.
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GUÍA 9

1. El isósceles es un triángulo
• Todos los triángulos tienen tres lados
• El triángulo isósceles tiene tres lados

2. Los habitantes de Santiago son chilenos
• Los habitantes de Chile son chilenos
• Santiago está en Chile

3. El fierro se dilata con el calor
• Todos los metales se dilatan con el calor
• El cobre se dilata con el calor
• La plata se dilata con el calor

4. Las manzanas maduras se caen de los árboles
• Todas las frutas maduras se caen de los árboles
• Las peras maduras se caen de los árboles
• Los higos maduros se caen de los árboles

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GUÍA 10

“El grupo está en un barco que naufraga. Ustedes quedan como únicos sobrevivientes. Tienen un bote salvavidas, y alcanzan a ver una isla cercana donde pueden ir. Deben elegir diez objetos que llevarán en el bote, pensando que en la isla puede que les toque vivir mucho tiempo. La isla se ve llena de vegetación”.

Pasos en resolución de problemas
· Percepción del problema: darse cuenta que uno tiene un problema y que es necesario buscarle una solución. Sin este paso, el resto no tiene sentido.
· Definición del problema: describir en palabras lo que se percibió como problema en la etapa anterior, considerando todos los elementos que lo conforman y dejando afuera los elementos que no constituyen el problema. Uno le pone nombre al problema y lo caracteriza. Por ejemplo, “este es un problema de pareja y consiste en...” o “este es un problema de hábitos de estudios y consiste en...”
· Explicaciones acerca del problema: establecer relaciones entre el problema y sus posibles causas. Se genera hipótesis acerca de por qué ocurre el problema. Esta etapa es fundamental para orientar la búsqueda de alternativas de solución.
· Generación de alternativas de solución: generar la mayor cantidad de alternativas de solución frente al problema. Mientras más sean las alternativas planteadas, mayor será la probabilidad de encontrar la respuesta correcta. A esto también se le llama pensamiento divergente, cuyo supuesto dice que cada problema tiene múltiples posibilidades de solución.
· Elección de la solución más adecuada: evaluar las alternativas planteadas desde el punto de vista de la factibilidad, de la ética y de la adecuación al problema planteado, para escoger una y llevarla a la práctica. A esto también se le llama pensamiento convergente.
· Evaluación de la alternativa elegida: verificar si la alternativa elegida fue útil o no para resolver la situación. Equivale a un monitoreo del proceso de resolución del problema. Cuando, a pesar de la puesta en marcha de la alternativa elegida, el problema sigue vigente, se comienza nuevamente con las etapas del proceso. A menudo los problemas se perpetúan porque se descuida este último paso del proceso.
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GUÍA 11

“El lenguaje y el pensamiento son viejos amigos”.

“Las diferentes lenguas usan léxicos y estructuras sintácticas que reflejan los ambientes físicos y culturales en los cuales esas lenguas surgen y se desarrollan. Por ejemplo, los Garo de Burma distinguen entre varios tipos diferentes de arroz, lo cual es comprensible, porque ellos son una cultura productora de arroz. Los Arabes nómades tienen más de 20 palabras diferentes para los camellos. Esos pueblos claramente conceptualizan el arroz y los camellos más específicamente y de modos más complejos que la gente fuera de esos grupos culturales”.

LENGUAJE
• El lenguaje, como un sistema de signos vocales, es el sistema de signos más importante de la sociedad humana, puesto que permite la acumulación del significado y de la experiencia, que puede preservarse a través del tiempo y transmitirse a las generaciones futuras.
• El lenguaje es posible por las capacidades biológicas del ser humano.
• Lenguaje y pensamiento se posibilitan mutuamente.
• Permite la expresión y comunicación de pensamientos
• Posibilita el pensamiento, no hay pensamiento sin lenguaje.

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GUÍA 12

No soy educador, no tengo ese privilegio. Toda mi experiencia en Educación se debe a que soy profesor universitario. Uno no estudia para ser profesor universitario y eso es bueno y malo. Es bueno porque es una oportunidad para desenvolverse como tal desde la seriedad del hacer en el dominio de acciones que se enseña, y es malo, porque hay muchas cosas que tienen que ver con el aprender o con el educar que uno ignora. De modo que no voy a hablar, ahora, sobre Educación, aunque intentaré responder a algunas preguntas sobre Educación. Yo trato a mis alumnos, en mi laboratorio, como miembros de un taller renacentista, es decir, mi laboratorio es un lugar donde ellos vienen a hacer y a reflexionar sobre su hacer. Es desde ese perspectiva y de la reflexión acerca del fenómeno del aprender y del conocer como biólogo, que diré algunas cosas sobre Educación. En cierta manera quiero orientar esta exposición en torno a tres preguntas:
- ¿Qué es el educar?
- ¿Qué se espera del educar?, y
- ¿Cómo es posible educar?
y para hacer esto, quiero reflexionar, ante ustedes, respecto de tres temas:
- sobre el saber y el aprender
- sobre la realidad y
- sobre lo social y el amor.
- ¿Qué es esto del saber y el aprender?
Las teorías que corrientemente usamos para hablar de aprendizaje, de conocimiento o de saber, nos llevan a suponer que el aprender es la capacitación de algo independiente de nosotros. De aquí surgen al menos dos preguntas: ¿Consiste, operacionalmente, el saber en poder hacer referencia a algo independiente del que dice que sabe?, y el aprender, ¿ consiste en la captación de algo externo e independiente de uno? Mi respuesta es que eso no pasa y no es posible debido a la naturaleza de nuestra constitución como seres vivos.
Nosotros como seres vivos somos sistemas determinados en nuestra estructura, y lo que pasa con nosotros en cada instante depende de nuestra estructura en ese instante. En ese sentido, no somos distintos, por ejemplo, de una grabadora. Si uno se acerca a la grabadora y aprieta un botón para hacerla funcionar y no funciona, uno no recurre al médico para que examine el dedo, uno recurre al técnico en grabadoras para que examine la estructura de la grabadora. La grabadora es un instrumento, es un objeto, es un sistema determinado en su estructura. Lo que pasa con la grabadora depende de cómo está hecha. Lo que la interacción hace es solamente gatillar, desencadenar, en la grabadora un cambio estructural determinado en ella.
Nuestra situación como seres vivos no es diferente. Lo que a nosotros nos pasa en cada instante depende de cómo somos en ese instante y no somos sistemas con una estructura permanente, somos sistemas con una estructura en cambio continuo: un cambio que sigue un curso u otro, según las contingencias de nuestras interacciones. Pero, en cada instante, lo que nos pasa está determinado en nosotros. En este instante, lo que ustedes oyen de lo que yo digo, depende de ustedes y no de mí. Cierto, yo soy la instancia en la cual ese oír se da, pero lo que ustedes oyen, cada uno de ustedes, depende de ustedes, no de mí.
¿Y qué será “aprender” entonces?
El aprender tiene que ser algo diferente del captar algo externo, puesto que no se puede dar el captar algo externo ya que, en la interacción, lo que a uno le pasa depende de uno.
¿Que será el conocer en estas circunstancias? Todos nosotros, como profesores o maestros, en algún momento determinado, decidimos si nuestros alumnos saben o no. O si alguien que habla acerca de algo, sabe o no sabe. Ustedes escuchan lo que yo digo y deciden si lo que digo es o no es válido, si sé o no sé.
¿Cómo pasa esto? ¿Qué hace uno al oír lo que el otro dice?
Lo que uno hace es escuchar al otro y decidir si el otro sabe o no sabe sobre la base de que lo que uno escucha del otro satisfaga o no ciertas nociones que uno tiene respecto de lo que uno escucha. De modo que el conocer es una adscripción que uno le hace al otro cuando la conducta del otro satisface el criterio de validez que uno pone al escuchar.
Si yo digo que sé tocar el piano, y ustedes para comprobarlo me ponen ante uno, y yo pulsando algunas teclas produzco una melodía, es posible que alguno de ustedes diga: “¡Ah!, claro, sabe tocar el piano”. Pero Claudio Arrau, allá atrás, dirá: “¡No!, no sabe tocar el piano”. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia está en el escuchar, está en el criterio que Uds. y Claudio Arrau ponen al escuchar para aceptar o rechazar lo que yo hago como conducta adecuada o no adecuada en el dominio del escuchar el tocar piano.
El conocimiento es una adscripción que un observador le hace a otro cuando acepta la conducta del otro como adecuada en el dominio en que escucha. En estas circunstancias, ¿en qué consiste el aprender? Todo profesor sabe que un alumno puede aprender el escuchar del profesor y cada vez que un alumno se aprende el escuchar del profesor, lo que hace, en respuesta a las preguntas que el profesor hace, es satisfacer el criterio de aceptación que el profesor tiene en el dominio en que hace la pregunta, y recibe una buena nota.
Pero, ¿cómo se da ese aprender el escuchar del profesor? ¡Se da en la convivencia! El aprender es un fenómeno de transformación estructural en la convivencia.
Nosotros nos dirigimos, frecuentemente, el uno al otro, en el supuesto de que el otro no cambia y muchas veces nos quejamos: “¡Oye! pero ¿qué te hiciste en el pelo?” Es decir, objetamos el cambio, le exigimos al otro una constancia estructural que, de hecho, no tiene ni puede tener. Si uno no ha visto a un amigo durante 20 años y se encuentra con él y le dice: “¡Hola!, pero si estás igual, si los años no pasan por ti!” El amigo sabe que efectivamente ha cambiado mucho, pero hay algo que permanece invariable, que es lo que uno reconoce. Lo interesante es que nuestra actitud es de no aceptar el cambio sabiendo, sin embargo que estamos en cambio continuo.
(Maturana Humberto (1995). El Sentido de lo Humano. Editorial Dolmen, páginas 227 a 229).
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GUÍA 13

Aprendizaje
Se entiende por aprendizaje un cambio relativamente permanente en el repertorio de comportamientos, pensamientos, y/o sentimientos de un individuo (no sólo humano). Este cambio se entiende como resultado de la experiencia o interacción con el medio, para distinguirlo de cambios que son consecuencia de la maduración biológica o de daños externos. La noción de repertorio alude por una parte a la adquisición (y eliminación) progresiva de conductas, pensamientos y emociones desde que nacemos, por una parte, y al carácter potencial que tienen cuando no se manifiestan a la observación, por otro.

Condicionamiento clásico: Se refiere al aprendizaje descrito por Ivan Pavlov. Este aprendizaje se produce por la asociación de un estímulo que de manera natural provoca una reacción fisiológica. Por ejemplo: una persona que tiene hambre ve un plato de comida y se le llena la boca de saliva, luego se presenta un estímulo cualquiera, el sonido de una campana, junto con la comida. Si esta asociación entre el sonido de la campana y la presentación de la comida ocurre varias veces, se da el fenómeno del condicionamiento clásico, es decir, basta que suene la campana para que las glándulas salivales de la persona empiecen a producir saliva.

Condicionamiento operante: Se refiere al aprendizaje descrito por E. Thorndike y B. F. Skinner. Se produce por la asociación de las consecuencias de una conducta. Este tipo de aprendizaje se da por la asociación de premios y castigos: por ejemplo, los niños aprenden a dejar ordenadas sus cosas cuando son premiados con sonrisas, cariños, miradas o con algún objeto material que les interesa.

Aprendizaje por imitación de modelos: La mayoría de los aprendizajes más complejos ocurren por imitación y no sólo por condicionamiento. Los roles de género, las conductas violentas, por ejemplo, se aprenden imitando a otros. El modelo no siempre tiene la intención de ser imitado ni el observador, de imitar. Uno de los elementos centrales para que ocurra el aprendizaje por imitación son las características del modelo. Se aprende más cuando el modelo es parecido a quien aprende: las mujeres aprenden mejor de modelos mujeres, los niños de niños, los jóvenes de jóvenes. Es también fundamental la relación afectiva que se tenga con el modelo: aprendemos más de aquellas personas con quienes tenemos un vínculo afectivo positivo.

Aprendizaje por procesamiento de información: El docente puede referirse a las actividades e indicaciones didácticas sobre el pensamiento, incluidas en este mismo programa.

APRENDIZAJE
• Consiste en una modificación o cambio relativamente permanente en el repertorio de conductas y/o de pensamientos y/o de las emociones, como resultado de la experiencia.
• Mecanismos más corrientes de aprendizaje: imitación de modelos, condicionamiento, procesamiento de información a través del pensamiento.
• Es un proceso que está presente desde que nacemos en todos los dominios de la vida, no sólo en el dominio escolar.
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GUÍA 14

Inteligencia
Definición de inteligencia. La inteligencia se ha definido como la capacidad de aprender a partir de la experiencia y la capacidad para adaptarse creativamente a las condiciones del ambiente. Ya sea adecuando el comportamiento o cambiando el entorno.
También se la define como la capacidad de adquirir conocimientos y de usarlos en situaciones novedosas.
Puede discutirse, sin embargo, qué se entiende por adaptación creativa, pues el concepto de adaptación es seguro y pertinente cuando se refiere a las especies más que a los individuos. Las condiciones del ambiente, por otra parte, no son siempre las mismas para todos los individuos.
Algunos autores consideran que la inteligencia es una agregación de habilidades específicas, que se manifiesta mejor en ciertas situaciones. Desde esta perspectiva, la inteligencia se entiende como un conjunto múltiple de capacidades concretas; otros la conciben como una capacidad general que los sujetos pondrían a funcionar en cualquier situación.
En las últimas décadas han aparecido teorías que nos hablan de inteligencias múltiples (Gardner, 1983, 1993) e inteligencia emocional (Goleman, 1996). La teoría de las inteligencias múltiples plantea que no existe un solo tipo de inteligencia, sino varios tipos, que serían relativamente independientes. Estos tipos serían: inteligencia verbal, inteligencia lógico-matemática, inteligencia espacial, inteligencia corporal-kinestésica, inteligencia musical, inteligencia personal (intrapersonal e interpersonal).
La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de integrar las emociones al razonamiento lógico, y a la resolución de problemas, lo que es central en la relaciones interpersonales y en la adecuación a la situaciones sociales. Un aspecto central de la inteligencia emocional es la capacidad de sintonizar con las propias emociones y con las de los otros. Se relaciona con el bienestar subjetivo y la adecuación social, que son puntos centrales al analizar el nivel de salud mental y la calidad de vida de un individuo. La inteligencia emocional se ha relacionado con las experiencias de apego y la formación de vínculos tempranos, así como la oportunidad de aprendizaje que la persona ha tenido en la conexión emocional consigo mismo y con otros.
Inteligencia y memoria. Si consideramos la inteligencia como la capacidad de adaptarse con éxito a situaciones nuevas, la memoria es una función que es básica para el comportamiento inteligente. Encontrar en el momento preciso la información precisa es lo que marca la diferencia entre quien tienen una mejor adaptación y quienes no la logran. En ese sentido la inteligencia se relaciona con cada uno de los procesos de la memoria: con discriminar a qué prestar atención, en cómo codificar la información percibida, en cómo organizarla para su almacenamiento y en cómo acceder a ella cuando la necesitamos.

INTELIGENCIA
• Consiste en la capacidad de aprender, interpretar y aplicar, en diversos dominios de la vida, y no se reduce al pensamiento racional.
• La medición y evaluación de la inteligencia tiene un contexto sociocultural que le da sentido y supuestos discutibles.
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GUÍA 15

Inteligencia emocional
Aún no se sabe exactamente por qué David Prologuto, profesor y la profesora de Física de una escuela secundaria, fue atacado con un cuchillo de cocina por uno de sus mejores estudiantes. Pero los hechos, tal como se informaron, son los siguientes:
Jason H., brillante alumno de una escuela secundaria de Coral Springs, Florida, estaba obsesionado con la idea de ingresar en la facultad de medicina. Pero Prologuto, su profesor de Física, le había dado una puntuación de ochenta en un examen. Convencido de que la nota -apenas por debajo de la mejor- ponía en peligro su sueño, Jason fue a la escuela con un cuchillo de cocina y, después de enfrentarse con Prologuto en el laboratorio de física, se lo clavó en el cuello, antes de ser detenido por otras personas.
Un juez declaró a Jason inocente y transitoriamente enajenado durante el incidente; un panel de cuatro psicólogos y psiquiatras afirmó que durante la pelea el joven había sufrido una psicosis. Jason afirmó que había pensado suicidarse debido a la nota del examen, y que había ido a ver a Prologuto para contárselo. Prologuto dio una versión muy distinta: “Creo que él intentaba matarme a mí con el cuchillo” porque estaba furioso con la mala nota.
Jason pasó a una escuela privada y se graduó dos años más tarde con las mejores notas de su clase.
La pregunta es la siguiente: ¿Cómo una persona tan evidentemente inteligente pudo hacer algo tan irracional, tan absolutamente estúpido? La respuesta es: la inteligencia académica tiene poco que ver con la vida emocional. Las personas más brillantes pueden hundirse en los peligros de las pasiones desenfrenadas y de los impulsos incontrolables; personas con un CI elevado pueden ser pilotos increíblemente malos de su vida privada.
Uno de los secretos a voces de la psicología es la relativa incapacidad de las notas, el CI o las pruebas de aptitud académica para predecir de manera infalible quién tendrá éxito en la vida. Hernstein y Murray, que atribuyen importancia fundamental al CI, afirman sin embargo: “La relación entre los puntajes de las pruebas y los logros exitosos en la vida se ve disminuida por las otras características que el individuo trae consigo”.
Lo que quiero destacar es un conjunto clave de esas “otras características”; la inteligencia emocional: habilidades tales como ser capaz de motivarse y persistir pese a las decepciones; controlar el impulso y demorar la gratificación; regular el estado de ánimo y evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar; mostrar empatía y abrigar esperanzas.
(D. Goleman, La Inteligencia Emocional, pág.53)

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GUÍA 16

Inteligencia y su medición: problematización
Una niña pasa una hora con un examinador. Se le plantea un número de preguntas para indagar sobre su bagaje de información (...) su vocabulario (...), sus destrezas matemáticas (...), su habilidad para recordar una serie de números, su capacidad para entender la similitud entre dos elementos. (...)
En algún momento posterior, el examinador le pone puntaje a las respuestas y sale con un solo número -el coeficiente de inteligencia de la niña, o su CI.
Muchos observadores no están contentos con este estado de cosas. Tiene que haber más sobre la inteligencia que respuestas cortas a preguntas cortas -respuestas que predicen el éxito académico (...) y sin embargo, en ausencia de mejores maneras de pensar sobre la inteligencia, y mejores maneras de medir las capacidades de un individuo, este escenario está destinado a repetirse universalmente en el futuro predecible.
¿Pero si uno dejara su imaginación libre para considerar el amplio espectro de desempeños que son de hecho valorados en todo el mundo? Considérese por ejemplo, el niño Puluwat de 12 años de las Islas Carolina, que ha sido seleccionado por sus mayores para aprender cómo llegar a ser un marino maestro.
Bajo la tutela de navegadores maestros, el aprenderá a combinar conocimientos de navegación, estrellas y geografía, de modo de poder encontrar su ruta alrededor de cientos de islas. Considérese el joven Iraní de 15 años que puede recitar el Corán completo y maneja la lengua árabe (que no es la suya). Al momento se le está enviando a una ciudad santa, para trabajar junto a un ayatollah por los próximos años, quien lo preparará para ser profesor y líder religioso. O, considérese al adolescente de 14 años de París, que ha aprendido cómo programar un computador y está comenzando a componer música con la ayuda de un sintetizador.
Un momento de reflexión revela que cada uno de estos individuos está alcanzando un alto nivel de competencia en un campo desafiante y debiera, por cualquier definición razonable del término, ser considerado como exhibiendo conducta inteligente. Sin embargo, al mismo tiempo debiera estar claro que los métodos actuales de medir el intelecto no están lo suficientemente bien afinados como para permitir la evaluación del potencial o los logros de un individuo en la navegación por las estrellas, dominio de una lengua extranjera, o composición con un computador. El problema reside menos en la tecnología de los tests, que en las maneras en que comúnmente pensamos sobre el intelecto y en nuestro sentido común profundo sobre la inteligencia.
(H. Gardner (1993). Frases of Mind, The Theory of Multiple Intelligences, Basic Books, págs. 3 y 4)
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GUÍA 17

Instrumentos de medición y factores socioculturales
Como se sabe, existen instrumentos de medición y evaluación de la inteligencia, especialmente de la verbal, la matemática y la espacial. Es discutible, sin embargo, que el rendimiento de los individuos en esas pruebas pueda predecir su capacidad de adaptación creativa a situaciones nuevas de diversa índole, como las que encontramos a lo largo de la vida, o de simplemente llevar una “vida buena”. A lo más, pueden predecir buenos rendimientos en tareas académicas del mismo tipo que se presentan en tales pruebas. Es cierto que el éxito de las personas en adecuar su comportamiento a la situación total o en superar el reto que plantea una situación específica puede estudiarse y, en muchos casos, medirse en términos cuantitativos, pero en situaciones experimentales.
En la medida en que la inteligencia se relaciona con la capacidad de aprender a partir de la experiencia y de utilizar esos aprendizajes en el enfrentamiento a situaciones nuevas, las oportunidades de aprendizaje y el tipo de contenidos y experiencias a que cada persona ha sido expuesto influyen en el desarrollo de su inteligencia.
En ese sentido, las mediciones de la inteligencia son muy relativas, ya que dependen del entorno sociocultural en que se ha generado el instrumento de medición y el entorno al que pertenece la persona que será evaluada.
El concepto de inteligencia múltiple y de inteligencia emocional lleva a considerar desde una perspectiva actual y más completa y matizada, los conceptos de nivel intelectual, personas más o menos inteligentes, o el concepto de retraso mental. En muchos de estos casos las mediciones corresponden sólo a una perspectiva posible en la evaluación del desarrollo del comportamiento inteligente, y en ningún caso deberían constituir un etiquetamiento definitivo de los individuos.

3 Los procesos afectivos

Contenidos
• Las emociones: su naturaleza; variedad; interacción entre procesos cognitivos y afectivos.
• Emociones fundamentales: alegría, miedo, ira, tristeza, culpa, vergüenza.
• Vínculos afectivos: apego, amor.
• Regulación de las emociones.

Aprendizajes esperados
· • Distinguen el concepto de emoción y pueden describir sus rasgos constitutivos; reconocen, en su propia experiencia y en la de los demás, las manifestaciones de las emociones.
· • Identifican y describen las características distintivas de una gama amplia y diversa de emociones. Entre ellas: alegría, miedo, tristeza, rabia, angustia, vergüenza, culpa.
· • Identifican la noción de vínculo afectivo y el caso particular del apego; valoran las experiencias tempranas de apego como posibilitadoras de vínculos amorosos posteriores.
· • Comprenden que las emociones pueden ser reguladas voluntariamente por la reflexión y el aprendizaje.
· • Reconocen creencias personales erróneas sobre la naturaleza y funcionamiento de los procesos afectivos.
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GUÍA 18

Emoción
La palabra emoción etimológicamente remite a movimiento (moción), moverse, y muchos autores la consideran como el elemento básico del comportamiento humano. La emoción, que es la reacción afectiva que tenemos ante estímulos externos que nos “perturban”, es lo que nos hace movernos hacia o desde la fuentes de dónde proviene la estimulación. Así nos alejamos de los estímulos que nos provocan dolor y nos acercamos a aquellos que nos provocan placer. En forma más compleja, las emociones están en la base de la motivación en todos los comportamientos, como por ejemplo, las asociaciones con otros, la construcción de sistemas para protegernos del dolor y para asegurarnos el bienestar.
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GUÍA 19

El género y las emociones
Uno de los aspectos que más diferencia a hombres y mujeres en las distintas culturas se refiere al registro y a la expresión de las emociones. Con relación a este tema surgen frecuentemente dos preguntas.
La primera se refiere a si mujeres y hombres tienen la misma reacción emocional frente a un suceso. La segunda alude a si mujeres y hombres poseen las mismas habilidades para detectar las emociones en otros. Las investigaciones respecto a este tema concuerdan con la percepción común de que las mujeres presentan una mayor intensidad y frecuencia en la expresión de emociones positivas y negativas, comparadas con los hombres. La excepción es la emoción del enojo y la rabia, que los hombres, en nuestra cultura, expresan más fácilmente y con mayor frecuencia. Esto nos habla nuevamente de la importancia de los factores culturales, que están presenten en la socialización de género, en el tipo y calidad de emociones que se expresan.
Una posible explicación para las diferencias mencionadas se refiere a que se espera que las mujeres sean las encargadas del cuidado de otros. En general, las mujeres tienen roles y ocupaciones que requieren una sensibilidad hacia las necesidades de los otros; en cambio, los roles típicos de los hombres requieren menor respuesta emocional. Sin embargo, los roles relacionados con la protección y defensa del núcleo familiar que habitualmente se asigna a los hombres, estaría más relacionado con la facilidad para expresar rabia y enojo.
Otros estudios indican que existen diferencias desde la edad preescolar entre hombres y mujeres con relación al comportamiento emocional. Así, las niñas son capaces, desde esa edad, de expresar una mayor variedad de emociones que los niños. Además, las niñas pueden hablar más acerca de las emociones que los niños. Esto puede relacionarse con el mayor desarrollo verbal de las mujeres con respecto a los hombres.
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GUÍA 20

“Bowlby, un psicólogo inglés, publicó un libro donde explica que cuando un niño nace se establece un vínculo afectivo muy fuerte entre la madre y el niño. Se produce en las primeras horas y días de recién nacido.
Este es el mismo vínculo que se establece en los animales entre la madre y su cría. Este vínculo no necesariamente se establece entre la madre biológica y el niño, sino con cualquiera sea el adulto que cumple el rol de madre (puede ser una cuidadora, el padre, la abuela, una hermana). A este vínculo se le ha llamado “apego” y es la base del establecimiento de vinculaciones afectivas posteriores, como las relaciones de amistad, de pareja y con los propios hijos. Una persona que ha tenido un buen apego con su figura materna puede establecer posteriormente relaciones afectivas estables, y también puede independizarse, porque confía en que el otro sigue estando disponible para la relación. Las personas que tuvieron malas figuras de apego pueden tener experiencias correctoras, estableciendo relaciones estables con otras figuras significativas. El problema es que les cuesta establecer esas relaciones reparatorias, porque tienden a desconfiar de las personas, a alejarse, o a ser muy demandantes. Con sus hijos a veces son excesivamente sobreprotectores, no los dejan respirar, o bien muy lejanos y fríos, tendiendo a reproducir el problema”.
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GUÍA 21

Apego
Se trata de una relación afectiva intensa y recíproca que existe entre dos personas, usualmente entre un niño y un adulto (especialmente madre-hijo). El apego se estructura a lo largo del tiempo y es resultado de un encuentro sensorial a través del cual se va reconociendo a progenitores o cuidadores.
Para el niño, el sentimiento de familiaridad se construye primero sobre la base de una relación cuerpo a cuerpo con su madre, antes de poder nombrarla, seguido por la integración del padre, y posteriormente por el apego a los otros miembros de su familia.
Esta experiencia estructura un verdadero órgano de coexistencia, que tiene como consecuencia, los cuidados mutuos y el respeto por la integridad de los diferentes miembros vinculados por el apego (Barudy, 1998).
Se ha demostrado que el tipo de apego que se desarrolla puede persistir por lo menos durante tres generaciones: nosotros tratamos a nuestros hijos como fuimos tratados nosotros cuando éramos niños.

2. PROCESOS PSICOSOCIALES

EL INDIVIDUO COMO SUJETO DE PROCESOS PSICOSOCIALES

OBJETIVOS
Entender al ser humano como un sujeto que forma parte de grupos y culturas, valorando su propia identidad y respetando la diversidad.
Entender al ser humano como sujeto de procesos de comunicación y significación, comprendiendo la complejidad de la interacción humana en contextos interaccionales inmediatos.


CONTENIDOS
a. Socialización e individuación
Lo individual y lo social se posibilitan mutuamente.
Socialización e individuación.
El individuo como miembro de categorías sociales: grupo, género, clase, etnia.
Personalidad e identidad personal: revisión de diferentes conceptualizaciones.
El individuo como sujeto moral.

b. Procesos de influencia social
Los procesos de influencia social.
Conformismo y obediencia en los grupos y en la sociedad; reflexión desde el aporte experimental de la psicología social.
Análisis crítico de procesos de influencia social en la experiencia cotidiana de los estudiantes y los medios de comunicación.

c. Identidad personal y el otro
La identidad personal y la cuestión del otro.
El otro como igual y diferente.
Las relaciones intergrupales: estereotipos, prejuicios y discriminación.
La importancia de la tolerancia y el diálogo en las relaciones sociales. Reconocimiento y evaluación de prejuicios y estereotipos sociales en la experiencia cotidiana de los estudiantes y en los medios de comunicación.

d. Relaciones interpersonales y comunicación
Las relaciones interpersonales y la comunicación.
El rol del conflicto.
La búsqueda del entendimiento: la comunicación, la negociación y la construcción de sentidos compartidos.

APRENDIZAJES ESPERADOS
Aprecian las características que imprime al sujeto el grupo social de origen.
Entienden que las personas aprenden el lenguaje y los códigos culturales necesarios para su integración social a través del proceso de socialización.
Comprenden el sentido del proceso de desarrollo como un proceso de autonomización y desarrollo de la propia identidad.
Entienden la identidad personal como el resultado de una biografía que les da unicidad, a la vez que como un proceso social que los hace ser partes de diferentes categorías sociales.
Reconocen la dimensión moral como constitutiva del ser humano y reconocen distintas teorías que explican la formación de la conducta moral.
Entienden la autonomía personal como un comportamiento adscrito a valores y normas morales.
Comprenden la importancia de distinguir entre identidad personal y social.
Comprenden la relación que se establece entre la tendencia a percibir al propio grupo más favorablemente que al exogrupo y el origen de las actitudes prejuiciosas y de comportamientos más extremos, como la agresión intergrupal.
Identifican prejuicios y los aspectos cognitivos (estereotipos), afectivos (emociones negativas o positivas) y conductuales (discriminación) observados en diversos escenarios intergrupales.
Conocen la distinción entre prejuicios manifiestos (aquellos que se expresan abiertamente) y encubiertos (aquellos que no necesariamente tenemos conciencia que los tenemos).
Cuestionan relaciones de discriminación y las entienden como una forma de negación de la dignidad de personas como seres humanos.
Aprecian la necesidad de vivir con otros, y valoran la convivencia social.
Reconocen y evalúan críticamente relaciones de influencia del grupo en las opiniones, juicios y comportamientos de los individuos.
Valoran la propia identidad.
Valoran la resolución de conflictos a través de la construcción comunicativa de acuerdos y sentidos compartidos.

GUÍA 1
EL PROCESO DE SOCIALIZACIÓN
El proceso de socialización, se define como el proceso de inducción amplia y coherente de un individuo en la sociedad.
La socialización, desde el punto de vista del individuo, supone la internalización o interiorización de los contenidos culturales de la sociedad en que se nace y vive.
Este proceso dura toda la vida, sin embargo, se puede reconocer una primera fase denominada “socialización primaria” que se realiza en la niñez, por lo general en el seno de la familia, y que tiene una importancia fundamental en la vida. En esta etapa el individuo se convierte en miembro de la sociedad y adquiere los patrones culturales característicos del grupo al cual pertenece.
La socialización secundaria es cualquier proceso posterior que induce al individuo en sectores específicos de la sociedad.
En cada una de las culturas el proceso de socialización incide de manera diversa en:
- El cuerpo: Las necesidades fisiológicas, los gustos, los gestos y las actitudes corporales han sido socializadas.
- Los afectos: la expresión de los sentimientos ha sido socializada, incluso quiénes pueden ser objeto de nuestros afectos.
- Los pensamientos: En el proceso de socialización se asimilan categorías mentales, imágenes, valores, creencias.
Al comparan las diferencias entre el comportamiento de los humanos y de otros animales en la crianza, se concluye que el comportamiento humano es aprendido y que el, ser humano es incapaz de sobrevivir al margen de un grupo social.
GUÍA 2
La distinción clásica: temperamento, carácter, personalidad
“Por temperamento se entiende el conjunto de disposiciones afectivas predominantes que determina las reacciones emotivas de un individuo. El temperamento se basa en la herencia biológica. Por ello es difícilmente modificable. Representa la base constitucional de la persona.
El carácter, en cambio, es el conjunto de hábitos de comportamiento que se ha ido adquiriendo durante la vida. Por lo tanto, el carácter es adquirido. Constituye la base psíquica de la personalidad.
La personalidad es, en principio, la reunión de temperamento y carácter en una sola estructura. Allport señala que la personalidad es la organización dinámica, dentro del individuo, de aquellos sistemas psicofísicos que determinan su conducta y su pensamiento característicos.” (Extractado de C.T. Campomanes, Introducción a la filosofía. SM, España, 1984).


GUÍA 3
Visión sintética de la teoría freudiana de la personalidad.
(Tomado de: C.T. Campomanes, Introducción a la filosofía. SM, España, 1984).

LA CONCEPCIÓN FREUDIANA DE LA PERSONALIDAD PASA POR DOS ETAPAS:

1ª. Al principio Freud distingue dos ámbitos o estructuras (instancias, en la terminología de Freud): el preconsciente y el inconsciente, entre los que se sitúa una función de censura.
El preconsciente está compuesto por recuerdos y aprendizajes que no son conscientes pero pueden llegar a serlo fácilmente: está disponible y se rige por el principio de realidad. La satisfacción del placer no se hace por el camino más corto, sino mediante rodeos o aplazamientos en función de condiciones exteriores. Este principio de realidad es el fundamento del orden social.
El inconsciente no es consciente ni puede serlo, ya que está reprimido y se compone de pulsiones innatas, deseos y recuerdos reprimidos que pugnan por encontrar satisfacción (se rigen por el principio del placer); por ello el inconsciente es dinámico.
Por fin, entre el preconsciente y el inconsciente Freud sitúa la censura, es decir, la función de represión. En este momento de su teoría, Freud no tiene todavía una idea clara acerca de la represión. Pero compara la censura con un guardián vigilante que no permite pasar a la consciencia lo que se encuentra en el inconsciente. Durante el sueño la vigilancia de la censura se relaja un tanto, y entonces los deseos reprimidos pueden aflorar, aunque “disfrazados” bajo formas simbólicas: de ahí la necesidad de interpretar los sueños.
2ª. A partir de 1920, Freud descubre nuevos hechos importantes: la represión es también inconsciente; la angustia significa el miedo del yo ante la amenaza de la censura (que es llamada entonces “superyo”); por eso el yo reacciona mediante mecanismos de defensa. Freud concluye entonces que el yo se angustia no tanto por los deseos reprimidos como por la amenaza del superyo; que es el yo el que se defiende y reprime; que esa represión la realiza inconscientemente; y que, por lo tanto, ya no se puede identificar (como había hecho hasta entonces) el inconsciente y lo reprimido: también en el yo hay elementos inconscientes. De ahí que Freud proponga una nueva estructura de la personalidad:
· El YO. Se compone de elementos conscientes (percepción externa del mundo, percepción interna, procesos intelectuales), preconscientes (recuerdos no reprimidos, aprendizajes) e inconscientes (mecanismos de defensa).
· El ELLO. Se compone de todas las pulsiones innatas (agresivas y sexuales reprimidas y, además, de todo lo que ha ido siendo reprimido (deseos, recuerdos); el ello es la parte más primitiva del aparato psíquico y, además, tiene un carácter dinámico.
· El SUPERYO. Es el heredero del complejo de Edipo y equivale a una especie de moral arcaica que resulta de la interiorización de las prohibiciones familiares: el niño, que primitivamente es amoral (no posee más que el ello no reprimido todavía), empieza a percibir las prohibiciones familiares, que terminan por interiorizarse, hacerse inconscientes y convertirse en una instancia de vigilia y amenaza del yo.

GUÍA 4

El desarrollo de la identidad personal según E. Erikson.

E. Erikson transforma profundamente las fases del desarrollo propuestas por Freud. En primer lugar, afirma que el desarrollo no se detiene hacia los 20 años, sino que dura toda la vida.
En cada etapa, el individuo se enfrenta con una tarea específica, siendo el resultado un logro o un fracaso. Fracasar en una tarea compromete todas las demás. En segundo lugar, las tareas se realizan dentro del medio social, favorecidas o dificultadas por éste.

Etapas de la vida según Erikson

. Etapa Integridad Desesperación
Madurez
Éxito Acepta la propia existencia como algo valioso. Satisfacción de haber vivido.
Fracaso Considera que ha perdido el tiempo y que la vida se termina. Temor a la muerte.
7ª. Etapa Generatividad Estancamiento
Edad adulta
Éxito Productivo y creativo. Proyección al futuro Colaboración con las nuevas generaciones.
Fracaso Empobrecimiento temprano. Egocentrismo. Improductividad
6ª. Etapa Intimidad Aislamiento
Juventud adulta
Éxito Capacidad de amar y entregarse. Sexualidad enriquecedora. Vínculos sociales estables y abiertos.
Fracaso Dificultades para relacionarse. Problemas de carácter. Relaciones inauténticas.
5ª. Etapa Identidad Confusión
Adolescencia y pubertad
Éxito Sabe quién es él y qué quiere en la vida. Seguridad. Independencia. Se es capaz de aprender mucho. Sexualidad integrada.
Fracaso Inseguridad. No sabe lo que quiere. No sabe situarse frente al trabajo, la sociedad y la sexualidad.
4ª. Etapa Laboriosidad Inferioridad
6-11 años
Éxito Trabajador. Previsor. Emprendedor. Le gusta hacer cosas y jugar. Competitivo.
Fracaso Pereza, falta de iniciativa, evitación de la competición. Se cree inferior y mediocre.
3ª. Etapa Iniciativa Culpabilidad
4-5 años
Éxito Imaginación, viveza, actividad. Orgullo por las propias capacidades.
Fracaso Falta de espontaneidad. Inhibición. Se siente culpable (malo).
2ª. Etapa Autonomía Vergüenza y duda
1-3 años
Éxito Se ve como "independiente". Se atreve a hacer cosas y desarrollar sus capacidades.
Fracaso Demasiado controlado por los padres, no se atreve, duda, aprende tarde todo.
1ª. Etapa Confianza Desconfianza
12 primeros meses
Éxito Se siente protegido y seguro: desarrolla el sentimiento básico de confianza ante la vida.
Fracaso Reñido, desprotegido o abandonado, teme y aprende a desconfiar del mundo.
Este cuadro –que se debe leer de abajo hacia arriba- hace ver cómo cada etapa se apoya en la anterior: un niño confiado será autónomo (se atreverá). Los logros son siempre producto de: 1) el modo como el ambiente influye en el yo (notable, sobre todo, en la niñez: todo depende de la actitud de los padres, maestros, compañeros; así, el niño al que se anima desarrolla la iniciativa, y aquel al que se castiga y se considera malo o molesto desarrolla sentimientos de culpabilidad); o bien 2) el modo como el yo reacciona ante el ambiente (sobre todo, a partir de la 5ª. Etapa).

TAREAS DE LA ADOLESCENCIA
“Los conceptos de adolescencia y juventud engloban un período transicional con importantes cambios globales (biopsicosociales) en la persona. Dichas cambios han sido esquematizados dentro del concepto de “tareas de desarrollo”, que han sido definidas por Havighurst de la siguiente manera: Surgen en cierto período de la vida del individuo cuya debida realización lo conduce a la felicidad y al éxito de tareas posteriores, y cuyo fracaso conduce a la infelicidad del individuo, a la desaprobación de la sociedad, y a dificultades en el logro de tareas posteriores.

La tarea central de la adolescencia ha sido definida por Erikson como la búsqueda de la identidad. Ella se relaciona con el sentirse a sí mismo como estable a lo largo del tiempo, con la adopción de una identidad psicosexual definitiva, expresada a través de papeles sexuales socialmente aceptados, y con la posibilidad de una conducta sexual activa. Muy ligado a lo anterior está el sentirse preparado para la elección de pareja y su estabilización, generalmente a través del matrimonio. Dicha tarea tiene diferentes pasos de “relaciones de práctica” (pololeos), con grados progresivos de acercamiento físico, que se consolida al final del período con la capacidad de estabilizar la relación de pareja, y de casarse.
Una segunda tarea del desarrollo adolescente es la separación de la familia de origen para posibilitar la individuación de la persona. Esta necesidad del adolescente por definirse a sí mismo (contestando su típica pregunta de, ¿quién soy yo?) implica un grado de conflicto, incluso, de rebeldía en la relación con los padres, a veces necesaria para lograr un nivel suficiente de autonomía personal. La independencia psicológica es un paso necesario, a veces previo, otras paralelo, al logro de la independencia social y económica. Esta separación/individuación se logra en forma importante a través del desarrollo de lazos amistosos y emocionales con adolescentes de la misma edad: el centro de gravedad emocional pasa desde la familia y los padres hacia el grupo de pares. Dicha transición es importante y especialmente frágil: numerosos problemas surgen cuando las dos generaciones en juego no permiten que se atraviese en forma fluida.
Una tercera tarea de la adolescencia es la definición de la identidad en el plano de la elección vocacional y laboral. Esta consolidación es quizá la más influenciada por el entorno sociocultural, geográfico y económico del joven. El adecuado equilibrio entre capacidades, expectativas, logros académicos y oportunidades laborales determinará, en buena parte, la calidad de vida y satisfacción personal posteriores del sujeto.
Erikson ha descrito cómo el desenlace de estas tareas, o “crisis normativa” de la adolescencia, puede ser la consolidación de la identidad, avanzando, el adolescente, entonces, a la etapa siguiente (la del adulto joven) o, bien, quedando en el así denominado “síndrome de la difusión de identidad”. En éste el sujeto, a lo largo de su vida adulta, vuelve una y otra vez a tratar de definir sus áreas de interés o elecciones vocacionales o de pareja.
Un seguidor de Erikson, Marcia, ha descrito cuatro diferentes etapas de la identidad adolescente: identidad lograda, cuando se ha vivido un período de toma de decisiones y se están persiguiendo las propias elecciones y metas; identidad hipotecada, en que el compromiso con la ocupación y posición existen, pero no se ha logrado personalmente, sino por el influjo de otros; identidad difusa, en la que no se han definido diversas opciones, independientemente de haber atravesado por un período de toma de decisiones personales y, finalmente, la así denominada por el mismo Erikson moratoria de identidad, en la cual se posterga y se prolonga el período de definiciones hacia la etapa adulta de la vida”. (Tomado de: R. Florenzano, 1998.El adolescente y sus conductas de riesgo. Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago.)

CONCEPTO DE IDENTIDAD PERSONAL
El desarrollo de la identidad es un proceso complejo que se realiza en la interacción con otros.
Como señala Erikson:
“La formación de la identidad emplea un proceso de reflexión y observación simultáneas que tiene lugar en todos los niveles del funcionamiento mental. Según este proceso, el individuo se juzga a sí mismo a la luz de lo que percibe como la manera en que los otros lo juzgan a él comparándolo con ellos y en los términos de una tipología significativa para estos últimos, por otra parte, juzga la manera en que los otros lo juzgan a él, a la luz del modo en que se percibe en comparación con los otros y en relación con tipos que han llegado a ser importantes para él.
Por suerte este proceso es, en su mayor parte, inconsciente...”
La identidad representa:
• “La percepción de la mismidad y continuidad de la propia existencia en el tiempo y en el espacio, y la percepción del hecho que otros reconocen esa mismidad”. (E. Erikson, 1968. Identidad, juventud y crisis, Editorial Paidos, Buenos Aires, p.19).
Cinco puntos importantes a considerar sobre la identidad:
§ La identidad se construye en la interacción con otros.
§ La identidad es una definición socialmente construida del ser.
§ En la definición son centrales: la mismidad o sentido del ser, la continuidad espacio-temporal y reconocimiento por otros de la existencia.
§ La identidad es un fenómeno eminentemente subjetivo que contiene un fuerte componente emocional.
§ La formación de la identidad implica un proceso de reconocimiento y valoración de la propia individualidad, por lo que se asocia muy estrechamente a la autoestima.

LA IDENTIDAD DESDE UN PUNTO DE VISTA SOCIAL
Desde un punto de vista social la identidad puede definirse como: el sistema unitario de representaciones de sí elaboradas a lo largo de la vida de las personas a través de las cuales se reconocen a sí mismas y son reconocidas por los demás, como individuos particulares y como miembros de categorías sociales distintivas. La identidad es el principio a través del cual el sujeto define lo que es y lo que es para otros.
Una de las dimensiones clasificatorias principales de la identidad es el género. Muy temprano en el desarrollo de la identidad personal los sujetos se piensan en tanto mujeres y hombres.
En sociedades complejas los sujetos suelen tener sentimientos de pertenencia respecto de una diversidad de grupos o categorías sociales. Las identidades desde este punto de vista son múltiples y pueden vincular a los sujetos con una diversidad de grupos sociales, desde los más próximos al más inclusivo como es la humanidad.
La noción de identidad como sentido de pertenencia a un determinado grupo cultural tiene sus orígenes en Freud. Actualmente es una noción que se utiliza en diversas ciencias sociales, especialmente en historia, sociología y antropología.

GUÍA 5
Principales enfoques teóricos acerca del desarrollo moral

Los estudios acerca del desarrollo moral tienen un gran interés para la ética. Hacen ver, por ejemplo, que no toda forma de moralidad es igualmente válida y que hay formas inmaduras o infantiles (que pueden prevalecer todavía en los adultos). Especialmente, estos estudios recalcan que una moral madura no puede reducirse a una pasiva aceptación de los códigos morales de la sociedad: ha de ser una moral personal, es decir autónoma.

JEAN PIAGET
Según Piaget (El criterio moral en el niño, 1932), la moralidad se desarrolla paralelamente a la inteligencia y progresa de la heteronomía a la autonomía moral. Piaget sólo considera tres etapas de desarrollo, ya que afirma que en el período sensorio-motor no hay todavía ningún sentimiento moral.

Etapas del desarrollo moral

1ª etapa: Moral de obligación-heteronomía
(2-6 años): corresponde al período de “representación pre-operativa”.
Características
El niño vive una actitud de respeto unilateral absoluto a los mayores: sus órdenes son obligatorias y la obligatoriedad es absoluta. No posee todavía la capacidad intelectual suficiente para comprender las razones abstractas de una norma general. Moral de obediencia. Las normas son vistas casi como “cosas”, reales y sagradas, intocables. Es lo que llama Piaget “el realismo de las normas”. Por otro lado, como estas normas son totalmente exteriores al niño, esta etapa se caracteriza por la heteronomía.
Toda forma de obediencia “ciega” -que también puede ser colectiva- pertenece a este tipo de moral infantil o rudimentaria.

2ª etapa: Moral de la solidaridad entre iguales
(7-11 años): corresponde al período de “operaciones concretas”.
Características
En este momento los niños forman parte de grupos de amigos de la misma edad y participan en “juegos de reglas colectivos”. Entonces el respeto unilateral a los mayores es substituido por el respeto mutuo, que supone la reciprocidad y la noción de igualdad entre todos. Las “reglas” de los juegos son concebidas como convenciones producto de un acuerdo mutuo, y de este modo desaparece el “realismo de las normas” de la etapa anterior. Surge el sentimiento de “la honestidad” (necesario para poder jugar) y también de la “justicia”. Las normas se respetan por solidaridad con el grupo y para poder mantener el orden en el grupo. Sin embargo, las reglas se aplican con gran rigidez, y la justicia se entiende de un modo formalista e igualitario.
3ª etapa: Moral de equidad-autonomía
(a partir de los 12 años): corresponde al período de “las operaciones formales”.
Características
Surge el altruismo, el interés por el otro y la compasión. Por ello “los compañeros” ya no son “todos iguales”, como en la etapa anterior; y las normas no se aplican rígidamente. Se es capaz de considerar las necesidades y la situación de cada uno. La justicia ya no se aplica, por tanto, en forma igualitaria. La moral se convierte en autónoma, ya que el adolescente es capaz de concebir principios morales generales, crear su propio código de conducta (muy idealista en general) y asumir el control de la propia conducta. El respeto a las normas colectivas se hace, por tanto, de un modo personal.

Hay que tener en cuenta que este desarrollo de la moralidad no se realiza de modo mecánico: depende no sólo del desarrollo de la inteligencia, sino que también de factores sociales y emocionales. Por ello puede suceder que se permanezca anclado en manifestaciones de etapas anteriores.

LAWRENCE KOHLBERG
Lawrence Kohlberg se basó en los estudios de Piaget y de J. Dewey. Por ello, su interés se centró en los aspectos cognitivos de la moralidad. Kohlberg comenzó a recoger materiales en la década de los ’60, presentando a la gente “dilemas morales” (casos conflictivos) y clasificó el tipo de respuestas. De este modo llegó a determinar hasta seis etapas que corresponden a tres niveles distintos de moralidad. Según Kohlberg esta secuencia de etapas es necesaria y no depende de las diferencias culturales (obtuvo los mimos resultados en EE.UU., México y Taiwán). Normalmente los niños se encuentran en el primer nivel (premoral), pero sólo el 25% de los adultos llegan al tercer nivel (y únicamente el 5% alcanza el estadio 6).

Etapas del desarrollo moral

1er Nivel Preconvencional (premoral): se respetan las normas sociales sobre lo que es bueno o malo, atendiendo sólo a sus consecuencias -premio o castigo- o al poder físico de los que las establecen.
Características
Estadio 1: orientación al castigo y la obediencia: lo correcto es la obediencia literal de las normas. La razón para hacer lo correcto es evitar el castigo: “Si no lo hago, me castigan”.
Perspectiva social: egocentrismo.
Estadio 2: orientación pragmática: lo correcto es atender a las necesidades propias y de los demás, en intercambios imparciales. La razón para hacer lo correcto es servir a los propios intereses (reconociendo que los demás también los tienen): “Me va bien así”, “Es lo que me conviene más”.
Perspectiva social: individualismo, intercambio instrumental de servicios.

2° Nivel Convencional: se vive identificado con el grupo, y se intenta cumplir bien el propio rol: responder a las expectativas de los demás y mantener el orden establecido, es decir el orden convencional.
Características
Estadio 3: orientación hacia la concordancia (el buen niño): lo correcto es lo que gusta o ayuda a los demás y es aprobado por ellos. Conformidad con “los modelos” colectivos. La conducta se juzga en este estadio según la intención. La razón para hacer lo correcto es la necesidad de ser considerado “bueno” por sí mismo y por los otros. “Es lo que esperan de mí”, “No quiero defraudarlos”.
Perspectiva social: la “regla de oro concreta”: haz a los demás lo que quieras que hagan contigo.
Estadio 4: orientación hacia la ley y el orden: lo correcto consiste en que cada uno cumpla con su deber, respete la autoridad y mantenga el orden establecido. La razón para hacer lo correcto es mantener el orden social: “Me basta saber que he cumplido con mi deber”, “Si no actuamos así, será una catástrofe”.
Perspectiva social: se adopta el punto de vista social colectivo, diferenciándolo de las relaciones e intereses individuales.
3er Nivel Post- Convencional (autónomo y de principios): hay un esfuerzo por definir valores y principios de validez universal, es decir, por encima de las convenciones sociales y de las personas que son autoridad en los grupos. El valor moral reside en la conformidad con esos principios, derechos y deberes que pueden ser universales.
Características
Estadio 5: orientación legalística del consenso social: lo correcto se define de acuerdo con los derechos reconocidos a todos después de un examen crítico y una aceptación constitucional y democrática. Por ello se insiste en el punto de vista de la legalidad. Actitud flexible: se admite un cierto relativismo de las normas, libertad para cada uno en lo no legislado, posibilidad de cambiar las normas. La razón para hacer lo correcto es defender unos derechos y leyes que uno ha asumido libremente: “Hay que respetar los derechos de los demás”.
Perspectiva social: se otorga prioridad a la sociedad y a los derechos (entendidos como producto de un contrato o consenso). Se reconoce la dificultad de integrar el punto de vista moral y el punto de vista legal.
Estadio 6: orientación por principios universales éticos: lo correcto y justo se define por la decisión de la conciencia según principios éticos auto escogidos (justicia, dignidad de la persona, etc.) La razón para hacer lo correcto es que, en cuanto persona racional, uno ha visto la validez de los principios y se ha comprometido con ellos. “Esto es lo justo”, “Lo exige la dignidad del hombre”.
Perspectiva social: perspectiva moral. El orden social se basa sobre principios morales, especialmente el respeto a los demás (a quienes se considera como fines y no como medios).
Fuente: Tejedor Campomanes (1997). Introducción a la filosofía. Ediciones SM, Madrid España. Págs. 200-202.

GUÍA 6
Juicio moral y género
Carol Gilligan trabajó con Kolhberg durante muchos años. Sus trabajos de investigación se centraron en dar una mirada respecto de cómo las niñas resolvían los dilemas morales. A partir de estos estudios, ha concluido que las mujeres se definen a sí mismas más en términos de las relaciones con otra gente, que se juzgan a sí mismas por sus responsabilidades y por su habilidad de cuidar a otros, tanto como a sí mismas, y que logran la identidad más a través de la cooperación que a través de la competencia.
Ella ha observado que las mujeres, inclusive desde una temprana edad, suelen definirse en función de los vínculos que tienen con otras personas. Son, por ejemplo, “hermanas de...”, “amigas de...”, “parejas de...”, “madres de...”.
Curiosamente, Kohlberg comenzó su trabajo estudiando sólo a muchachos norteamericanos. Aunque la mayoría de los demás estudios (incluyendo los de Piaget) han incluido a ambos sexos en sus muestras, Carol Gilligan se ha preguntado si la fórmula de Kohlberg de las etapas convencional y postconvencional no estaría un poco sesgada al haber considerado una muestra sólo masculina. Gilligan cita varios estudios que muestran que es más probable que los hombres desarrollen los estadios 4 y 5 que las mujeres; éstas tienden al estadio 3 como modo predominante de razonamiento. Gilligan sugiere que esta aparente diferencia sexual puede reflejar la formulación presente de las etapas más elevadas, más que la falta de las mujeres para desarrollar esas etapas. La formulación presente pone gran énfasis en el desarrollo de principios abstractos de justicia y bienestar, pero pasa por alto cuestiones personales e interpersonales como el conflicto de cuidar de los demás y tomar la responsabilidad de las propias acciones. El desarrollo de las mujeres podría hacerse más visible si la investigación diera el mismo peso a las cuestiones personales que a las abstractas.

GUÍA 7
Identidad personal e identidad grupal
Al ir definiendo la propia identidad se van desarrollando sentidos de pertenencia con grupos culturales con los cuales se comparte características comunes. Estos grupos con los cuales el sujeto se identifica marcan relaciones de inclusión y exclusión: existe un “nosotros” (endogrupo), un conjunto de personas integrantes de esa categoría, y existen los que están fuera del grupo, que se definen como “los otros” (exogrupo), aquellos que son diferentes, que no son parte del mismo grupo.
Hay que reconocer que las categorías sociales pueden superponerse, traslaparse o ser independientes, pero por más independientes que resulten, todas pueden ser parte de categorías más inclusivas, hasta la más inclusiva de todas que es la humanidad. Es decir, cada cual se identifica con distintos conjuntos de personas, que pueden ser distintas entre sí de acuerdo al criterio que se considere. Además, por más diferente que uno se sienta de los otros, comparte al menos un rasgo con ellos: el de ser un ser humano.
Hay que distinguir claramente entre identidad personal e identidad social. La identidad social puede producir gran impacto en la conducta de los individuos en general. En particular hay que tener en cuenta el impacto que tienen las normas y valores grupales (versus las normas y valores individuales) y los procesos de desinvidualización (pérdida de la individualidad) en el desarrollo de comportamientos grupales. Una persona “normal” es capaz de transformar radicalmente su comportamiento cuando se haya bajo la influencia de un grupo (conductas de las barras en partidos de fútbol).

GUÍA 8
Los estereotipos
El concepto de estereotipo se entiende como una generalización de características (creencias o sistema de información) sobre un determinado grupo social, que constituye la dimensión o componente cognitivo asociada a la emergencia de los prejuicios. Los estereotipos proveen la base sobre la cual emerge el prejuicio, aquella evaluación positiva o negativa de grupos sociales o de personas en tanto miembros de determinados grupos sociales.
Usualmente operamos sobre la base de estos estereotipos en nuestras relaciones sociales, puesto que es una forma de categorizar la experiencia, y anticipar acontecimientos.
Asociado a los estereotipos, está la emergencia de afectos negativos (cuando el estereotipo de los miembros de la categoría grupal alude a aspectos peyorativos) o positivos (cuando se poseen creencias o representaciones positivas acerca del grupo en cuestión).
Dichos afectos favorecen, según su naturaleza, la activación de reacciones o comportamientos discriminatorios que se dirigen a miembros de un grupo social. Estas conductas, en su versión negativa, pueden ir desde manifestaciones simples de sesgo intergrupal (pensar que los miembros del propio grupo son mejor evaluados que los miembros del exogrupo en una dimensión de comparación específica) hasta formas más complejas como los comportamientos que se observan en escenarios grupales caracterizados por la violencia o agresión. Es importante notar la manera como los afectos negativos pueden gatillar junto a las creencias estereotipadas de los miembros del exogrupo las conductas de discriminación y, en casos más extremos, de agresión.
Hay que considerar las comparaciones que surgen cada vez que se comparan distintas naciones (Chile y Argentina), los géneros (hombre versus mujer) o los conflictos bélicos registrados en la historia entre distintos grupos, entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte, entre peruanos y chilenos en la Guerra del Pacífico, entre mapuches y españoles en tiempos de la conquista, etc.
Finalmente, hay que tener en cuenta la estabilidad de los prejuicios en el tiempo (si éstos han cambiado o no) y a las diversas formas que están actualmente adoptando. Los prejuicios manifiestos, es decir, aquellos que se expresan en forma abierta y muchas veces en forma pública, han en general, ido decayendo con los años a medida que han aumentado los sistemas de control y normas sociales que los sancionan directamente. Las personas bajo la influencia de estas normas sociales rechazan abiertamente la manifestación de prejuicios. Sin embargo, los estudios también han confirmado que nuevas formas de prejuicios han emergido en nuestros sistemas sociales, éstos se reconocen como prejuicios encubiertos, sutiles o simbólicos. Dado que estas formas nuevas de prejuicio son encubiertos, sólo el uso de técnicas especiales (indirectas) permite su medición sistemática. Por ejemplo, las personas pueden manifestar públicamente que no tienen prejuicios contra los “peruanos”, pero sin embargo que estarían de acuerdo con la afirmación “los peruanos se están volviendo demasiado exigentes en su lucha por la igualdad de derechos”. Las técnicas de mediciones indirectas justamente confirman que la conducta de las personas hacia miembros de un exogrupo (étnico, o género diferente o personas con discapacidades) a menudo no es la misma que la que se observa hacia miembros de su endogrupo. Lo común a estas “nuevas” formas de prejuicios es que subyacen afectos negativos asociados al exogrupo en cuestión.

GUÍA 9
Siempre comunicamos
“Es imposible no comunicar cuando nos encontramos en interacción con otros”.
“Las secuencias de la comunicación son puntuadas en forma distinta por los dos” (Por ejemplo, si hay una pelea entre dos amigos, cada uno tiene una versión diferente, la que depende de cómo cada uno puntúe la secuencia. Uno puede decir que la pelea se inició cuando el otro llegó con la cara enojada y el otro, que se inició cuando, al llegar, la casa estaba muy desordenada).
• ¿Qué ventajas tendría explicar los problemas de las personas entendiéndolos como problemas de comunicación y no como mala intención, maldad o enfermedad mental? ¿Es posible hacerlo?
• ¿Por qué se dice que una buena comunicación en el trabajo aumenta la eficiencia?
• ¿Por qué se dice que una mamá puede tener buena comunicación con su guagua que no habla?
• ¿Por qué se dice que cuando no hay una buena comunicación se deterioran las relaciones?
Es importante poner énfasis en que los procesos de comunicación están en la base de las relaciones humanas, por cuanto es imposible no comunicarse. Todo es comunicación, en el sentido de dar y recibir información, ya sea conceptual, afectiva o intencional.
Es muy importante analizar la comunicación para mejorar las relaciones humanas

GUÍA 10
La comunicación
Uno de los componentes básicos de las habilidades sociales son las habilidades de comunicación. La comunicación se refiere al intercambio de información explícita e implícita, tanto intelectual como emocional y afectiva, entre dos o más personas. Cuando se trata de comunicación verbal, a los comunicantes se les llama interlocutores.

MODALIDADES DE LA COMUNICACIÓN
Los mensajes se intercambian tanto a nivel verbal como no verbal. En ambas modalidades se da tanto la comunicación explícita como la implícita; suele distinguírselas con las denominaciones de denotación y connotación, respectivamente. Por ejemplo, en la comunicación verbal, una frase como “Son las diez de la noche”, dicha por el padre al ver llegar a la casa a su hija de catorce años no sólo denota ‘información acerca de la hora’, sino que puede connotar ‘molestia’, ‘enojo’ o ‘amenaza’, si el permiso era sólo hasta las nueve. Las connotaciones, esto es, la comunicación implícita, depende de todo un contexto anterior a la frase (un compromiso, por ejemplo: “No llegues más tarde de las nueve”, “sí, papá”), pero también depende de la entonación, la intensidad, la mirada, un gesto amenazador de la mano, etc. Todos estos últimos pertenecientes a modos no verbales de comunicación que se combinan con la comunicación verbal, matizándola. Pero hay también modos de comunicación no verbal claramente denotativos: negar o afirmar moviendo la cabeza, desaprobar con meneos de la cabeza y sonidos como ‘ts ts ts’, llamar o despedir con movimientos de la mano, amenazar agitando el ‘dedo del padre’, etc., son mensajes absolutamente claros e inequívocos. Por otra parte, mensajes verbales aparentemente inequívocos, como los aprobatorios “¡Claro!” o “¡Cómo no!”, pueden significar exactamente lo contrario si se les emite con una entonación burlona o con algún gesto que equivalga a esta entonación.
LA BUENA Y MALA COMUNICACIÓN
Una buena comunicación es aquella en que los mensajes que un interlocutor emite son muy parecidos a los que el otro interlocutor recibe. Eso es lo que se describe como una comunicación funcional. Sin embargo, hay muchas situaciones en las que a pesar de la intención de comunicarse bien hay una dificultad para entender y hacerse entender por el otro interlocutor.
Muchas veces los mensajes que se emiten simultáneamente por el medio verbal y por el no verbal, en vez de reforzarse y complementarse aclarando la comunicación, la complican a través de mensajes contradictorios, constituyéndose en una fuente de incomprensiones, sospechas, desacuerdos y derogaciones mutuas. Otras veces interpretamos lo implícito o connotativo a partir de nuestros prejuicios acerca del otro, del no reconocimiento o valoración de las cualidades, condiciones o situación del otro, motivados por prejuicios o estereotipos que imponemos a los demás, y desde los cuales los interpretamos y juzgamos. De aquí suelen producirse diferencias de puntos de vista y desacuerdos de diversa gravedad que son fuente de conflictos.
Identificarlos, reconocer los puntos desde los que se generan, identificar los prejuicios y estereotipos con que se opera, para establecer la base del conflicto desde perspectivas más ajustadas a la realidad, permitirá, si se ponen en práctica estrategias comunicativas honestas y apropiadas, un tratamiento positivo de los desacuerdos mediante la búsqueda de sentidos compartidos.

INCONGRUENCIA
En la comunicación existen a veces contradicciones entre lo que decimos verbalmente y la información que estamos entregando a través de nuestra postura y tono de voz. Eso es lo que se llama una comunicación incongruente, en que lo que se dice y cómo se dice apuntan a significados diferentes y contradictorios. Por ejemplo, cuando una persona cuenta algo muy triste, sonriendo, o cuando un adulto felicita a un niño con expresión enojada, o cuando alguien le llama la atención a otro, riéndose. Estas incongruencias inducen confusión en la comunicación, ya que quien escucha debe decidir si presta atención a los contenidos verbales o los aspectos no verbales del mensaje.

FALTA DE CLARIDAD
Otra dificultad en la comunicación ocurre cuando los mensajes que se mandan son poco claros o poco directos (comunicación confusa o comunicación indirecta). La comunicación poco clara puede deberse a varios aspectos. Uno se relaciona con el lenguaje que ocupa el emisor para mandar sus mensajes verbales; un ejemplo extremo sería hablar en un idioma que el otro no comprende, ejemplos más cercanos se refieren a utilizar palabras o términos muy complicados que el interlocutor no conoce y que por lo tanto dificultan la comunicación.
La claridad de los mensajes que se emiten está muy relacionada con lo claro que se tenga aquello acerca de lo cual se habla. Es imposible ser claro al comunicar un contenido que uno tiene poco claro o que no sabe. Un ejemplo de esta situación puede darse cuando tenemos que hablar sobre algún tema que no manejamos bien, o tratamos de comunicar a otro sentimientos que tenemos confusos.

ES IMPOSIBLE NO COMUNICAR
En la medida en que la comunicación es un intercambio de mensajes a nivel verbal y a nivel no verbal, cada vez que hay dos personas en interacción se están comunicando. Es imposible no comunicar, ya que el sólo hecho de estar frente a otra persona está comunicando algo, aun cuando no haya intercambios verbales. Por ejemplo, cuando estamos en una misma habitación con otra persona y no queremos contactar con ella, hacemos una serie de gestos y tomamos actitudes como mirar por la ventana, ponernos a leer, no contestar sus preguntas o desviar la mirada. Esas conductas no verbales están comunicando al otro que no tenemos la intención de mantener un intercambio verbal con él o con ella. Esos gestos y actitudes tienen un sentido comunicacional porque están enviando mensajes que el otro capta. Es importante considerar que aun antes de decir la primera palabra en una relación interpersonal, ya está ocurriendo un intercambio de mensajes, que son por lo tanto comunicación.

PUNTUACIÓN DE LA COMUNICACIÓN
En la comunicación el intercambio de mensajes es recíproco, aunque sea sólo una de las dos personas quien habla, porque como ya se dijo anteriormente, el intercambio de mensajes no verbales es recíproco y constante. En ese sentido se pueden distinguir secuencias de interacciones, en que cada interlocutor reacciona a lo que el otro dice, tanto a nivel verbal como no verbal. Uno de los problemas que puede surgir en la comunicación es que cada uno de los interlocutores piense que su participación en la interacción es una reacción a lo que el otro dice. Esto es especialmente cierto cuando hay conflictos o intercambios agresivos. Cada persona piensa que su comportamiento es una reacción a las palabras del otro, es decir, cada uno puntúa o interpreta la secuencia de comunicación desde un punto de vista distinto.
La diferencia en los puntos de vista desde los que se establece un intercambio comunicativo es uno de los motivos más frecuentes de problemas de comunicación entre personas que tiene una relación estable en el tiempo. Por ejemplo, en una discusión o en un intercambio agresivo, cada uno siente que su intervención es sólo una respuesta a la conducta del otro, y así pueden culparse recíprocamente sin llegar a un acuerdo. Cada uno acusa al otro de estar equivocado o de ser malintencionado. La única salida que tienen estos problemas de comunicación es poder darse cuenta que ninguno y ambos tienen la razón, y que el problema está en los distintos puntos de partida que ambos tienen para puntuar la secuencia de intercambios.

CONTEXTO DE LA COMUNICACIÓN
El contexto en la comunicación se refiere tanto al contexto social en que ocurre la interacción como al contexto temporal o de historia de las interacciones en que ocurre determinada secuencia de interacción. Algunos contenidos no son inadecuados en sí, o conflictivos en sí, sino que lo son en determinados contextos y en determinados momentos de la relación. Uno puede calificar de tonto a alguien en un momento de broma y este contenido es aceptable y no tiene mayores consecuencias en la relación, sin embargo va a tener un efecto distinto si se lo dice en un momento de molestia, en que el tono de la interacción puede subir llegando a una escalada de descalificaciones que incluso pone en riesgo la permanencia de la relación.

ASPECTOS RELACIONALES DE LA COMUNICACIÓN
También es diferente si quien emite un determinado mensaje es una persona cercana o alguien que se nos cruzó en la calle. Esto constituye el aspecto relacional de la comunicación. Los mensajes enviados y recibidos no sólo tiene una intención informativa, sino que además tienen un efecto de definir connotativamente el tipo de relaciones. No se habla del mismo modo entre amigos, como se le habla a un profesor, o como se le habla a un niño. Cada uno de esos ejemplos suponen tipos de relación o, como se dice en teoría de comunicación, definiciones de la relación distintas. La definición de la relación se refiere a cómo se estructura la relación entre dos personas, básicamente, si ambas establecen una relación de igual a igual (relación simétrica) o si ambas establecen una relación en que una están en status superior a la otra (relación complementaria). Ejemplos de relaciones simétricas son las relaciones entre pares, entre amigos, en la relación de pareja. Ejemplos de relaciones complementarias son la relación entre profesor y alumno, entre padres e hijos, entre jefe y subalterno. La definición de la relación entre dos personas, es decir, si estas dos personas se relacionarán como iguales o como perteneciendo a distintos niveles, es algo que debe estar claro antes de comenzar los intercambios de información. La forma de hablar, el tono de voz, la postura, la forma de mirar o no a los ojos, son indicadores comunicacionales que hemos aprendido socialmente para establecer distintas definiciones de la relación.