09 abril 2006

4. BIENESTAR PSICOLÓGICO


BIENESTAR PSICOLÓGICO
Unidad 4




A modo de introducción

La unidad está orientada al manejo conceptual de ciertas distinciones que pueden promover el desarrollo de un estilo de vida saludable. Interesa que los alumnos y alumnas, poniendo en juego recursos de tipo cognitivo y afectivo, puedan desarrollar e implementar estrategias de prevención y autocuidado. Es necesario relacionar los conceptos presentados con la propia vida del estudiante. Sólo de esta manera se podrá lograr que éstos sirvan de punto de referencia válido para avanzar en el desarrollo de estrategias de fomento y protección del bienestar psicológico.

Interesa que los estudiantes conozcan las posturas relativas a la normalidad y a la anormalidad y que sean capaces de manejar algunos criterios al respecto.

La presentación en esta unidad de ciertos problemas psicosociales frecuentes en la adolescencia tiene por finalidad que los alumnos y alumnas puedan prevenir conductas poco saludables, a la vez que detectar y consultar a quién corresponda, en caso necesario. Se pretende entregar elementos conceptuales básicos, así como algunos datos relativos a posibilidades de atención psicosocial propias de la comunidad en que el establecimiento educacional se inserta. Se busca que los jóvenes se apropien de un instrumental conceptual básico, en la perspectiva de que se asuman como actores responsables de la prevención y el cuidado de su bienestar psicosocial.

Esta unidad es un momento privilegiado de relación de conceptos teóricos con la realidad concreta de los estudiantes, así como de énfasis en la responsabilidad personal en lo que se refiere al bienestar psicosocial. Se trata de que el alumno y alumna reconozca que puede ser un agente activo en el desarrollo de su propia salud mental y, por ende, en el mejoramiento de su calidad de vida. Importa que reconozca la importancia del autocuidado y que sea capaz de desarrollar estrategias en ese sentido. En esta línea, es importante contactarlos con las sensaciones, emociones y aprendizajes que los diferentes temas tratados durante el año les han provocado. Es importante enfatizar los efectos que las propias ideas y acciones pueden tener sobre ellos mismos, y por lo tanto, el rol activo que, como adolescentes, pueden tener sobre su propio bienestar biopsicosocial. Se busca estimular la toma de conciencia y de autorresponsabilidad respecto a la propia vida, a la vez que estimular acciones de solidaridad y cuidado de los otros, destacando la importancia del grupo de pares en la prevención de conductas que ponen en riesgo el bienestar psicosocial.


Objetivos
* Valorar el diálogo y el entendimiento entre las personas.
* Reconocer criterios relativos a salud mental e identificar acciones que tiendan a su fortalecimiento.
* Evaluar comportamientos e informaciones, aplicando conceptos relativos a procesos psicológicos y psicosociales.
* Analizar los conceptos de lo normal y lo anormal y el concepto de crisis normativa.
* Comprender lo psicopatológico en el ser humano y el concepto de resiliencia.
Analizar la relación entre la sociedad contemporánea y la salud mental y los problemas psicosociales frecuentes en la adolescencia.


Problematización
Tema: Salud mental: individuo, cultura y sociedad

¿Qué se entiende por ‘salud mental’ hoy? ¿Cómo la conceptualizamos, cómo la estudiamos, cómo la fortalecemos?
El problema de la distinción entre lo normal, lo anormal y lo patológico en la cultura contemporánea. Estudio de las representaciones de lo normal y lo anormal en los medios de comunicación.
Dimensiones y formas de lo psicopatológico en el ser humano. Relaciones entre salud mental y salud física.
Principales desafíos que la sociedad contemporánea plantea a la salud mental de las personas y específicamente a la de los jóvenes.


Contenidos
• Concepto de bienestar biopsicosocial.
• Complejidad de la distinción entre lo normal y lo anormal. Las distintas maneras de aproximarse a la problemática.
• Relación entre salud física y salud mental.
• Concepto de crisis normativa.
• Crisis normativa de la adolescencia. El tema de la identidad. El adolescente normal.
• Concepto de resiliencia.
• Factores protectores del bienestar biopsicosocial. El proyecto de vida, las redes sociales, las habilidades sociales.
• Algunos problemas psicosociales frecuentes en la adolescencia.
• Elementos de diagnóstico y tratamiento de la depresión, los trastornos de la alimentación (anorexia y bulimia), las adicciones; el abuso sexual.
• Estrategias de autocuidado desde una perspectiva biopsicosocial

Aprendizajes esperados

• Identifican el concepto de bienestar biopsicosocial.
• Reconocen la complejidad del parámetro normalidad-anormalidad y distinguen diferentes maneras de aproximarse a la problemática.
• Comprenden la relación entre salud física y salud mental, reconociendo esta interacción en su propia conducta.
• Reconocen el concepto de crisis normativa.
• Comprenden la crisis normativa propia de la adolescencia, reconociendo el rol central que en ella tiene el proceso de adquisición de la identidad.
• Distinguen las distintas modalidades de elaboración de la crisis de identidad propia del adolescente: difusión de identidad, confusión de identidad e identidad negativa. Y relacionan estos conceptos con su propia situación.
• Reconocen las características propias de un adolescente normal.
• Conocen el concepto de resiliencia.
• Reconocen el desarrollo de redes sociales y de ciertas habilidades sociales como factores de protección del bienestar biopsicosocial y del establecimiento de un proyecto de vida.
• Evalúan el desarrollo de su propio proyecto vital, de sus redes sociales y de ciertas habilidades sociales o “habilidades para vivir”.
• Distinguen los criterios, actualmente utilizados, para reconocer la depresión, la anorexia y la bulimia.
• Reconocen los riesgos del uso de drogas.
• Distinguen los conceptos de maltrato y abuso sexual.
• Reconocen las posibilidades de tratamiento e identifican los lugares adecuados a los que se puede acudir a pedir ayuda.
• Comprenden la necesidad de hacerse responsable del cuidado de su bienestar biopsicosocial.

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GUÍA 1

Salud mental

Tradicionalmente la salud mental se ha referido a la ausencia de enfermedades mentales y actualmente existe un concepto más amplio, que incluye la actualización de las propias potencialidades en una relación de respeto recíproco con el entorno social y el medio ambiente. Así hoy se entiende por salud mental “la capacidad de las personas y de los grupos para interactuar entre sí y con el medio ambiente de modo de promover el bienestar subjetivo, el desarrollo y uso óptimo de las potencialidades cognitivas, afectivas, relacionales, en concordancia con la justicia y el bien común”, (Ministerio de Salud, (1993), “Políticas y Plan Nacional de Salud Mental”. Publicaciones de Salud Mental, Nº1). A esta conceptualización se le ha llamado también bienestar biopsicosocial, que privilegia una aproximación holística a los problemas, abarcando tanto aspectos biológicos como psicosociales.

En los modelos de salud mental tradicional, la unidad de análisis era el individuo y el foco se encontraba en sus conflictos y déficits. En el modelo de bienestar biopsicosocial el foco se pone en el contexto en el que se dan los problemas, incluyendo al individuo y las unidades sociales más amplias como la familia, la comunidad escolar y el barrio. Se integran, en una perspectiva de calidad de vida, aspectos como los valores y creencias, y se enfatiza la capacidad que tienen los individuos y los grupos sociales de hacerse cargo de su propio bienestar. Se enfatiza que desde esta perspectiva la salud física y psicosocial del adulto dependen en gran medida de los hábitos y creencias sobre la salud y de los estilos de vida que adopte el sujeto en su adolescencia.

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GUÍA 2


Normalidad y anormalidad

Se pueden distinguir varias maneras de aproximarse al tema de la normalidad y de la anormalidad:

La valorativa: Supone la existencia de un ideal y considera anormal todo aquel o aquello que se desvíe de la norma o modelo.

La empírico-estadístico: Considera normal todo aquello que se acerca a la tendencia central, o mayoritaria y anormal lo que se distancia.

La homeostática: Lo normal es aquello que está relacionado con el equilibrio u homeóstasis y lo anormal es lo que lo perturba. El equilibrio estaría dado por la relación armónica entre los distintos elementos del sistema homeostático.

La sociocultural: Se basa en definiciones sociales, dadas por el consenso, de lo que es normal y/o esperado en un determinado grupo o cultura.

Si se acepta el modelo de bienestar biopsicosocial, es difícil definir lo que se entiende por normalidad, ya que éste no es un concepto unívoco, es de gran complejidad y está marcadamente influido por las normas y valores culturales imperantes.

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GUÍA 3

Adolescencia normal y crisis

Los autores Aberastury y Knobel, distinguen las siguientes características en un adolescente normal (Aberastury, A. y Knobel, M., 1976, La adolescencia normal. Ed. Paidós, Buenos Aires):

- Búsqueda de sí mismo y de la propia identidad.
- Tendencia grupal.
- Necesidad de intelectualizar y de fantasear.
- Crisis religiosas.
- Evolución sexual, que va desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad.
- Actitud social reivindicatoria.
- Contradicciones sucesivas en todas las manifestaciones de la conducta.
- Constantes fluctuaciones del humor y del estado de ánimo.

Es importante percibir que lo normal de la adolescencia es vivir una etapa de crisis.

Se entiende por crisis un momento crucial que altera el curso habitual de la vida de un individuo o un grupo social.

Desde la perspectiva psicológica se observan crisis inesperadas de tipo individual y social, y crisis esperadas propias de determinadas etapas de la vida. Estas últimas son llamadas crisis normativas pues son la norma, y se espera que sean vividas de manera similar por la mayoría de los individuos que comparten la etapa en cuestión. Son crisis propias del desarrollo.

Según Erik Erikson (Erikson, E., 1968, Identidad, juventud y crisis. Paidós, Buenos Aires), en la etapa de la adolescencia se da una crisis normativa cuyo eje central es la identidad. En su teoría explicativa, Erikson distingue tres formas principales de elaboración de la identidad en la adolescencia: difusión de identidad, confusión de identidad e identidad negativa. La difusión de identidad correspondería a la búsqueda que hace el adolescente para ampliar su campo de experiencias, para lo cual abandona formas de conducta y rasgos de comportamiento característicos de su modo de ser y que le daban seguridad. El sacrificio de la estabilidad se ve compensado por el beneficio de nuevas vivencias emocionales, y cogniciones relativas a valores diferentes. Es lo que se ha denominado “la extensión del yo”. En la confusión de identidad en lugar de un enriquecimiento del sentido de identidad se produce un empobrecimiento y una disipación de los logros emocionales, cognitivos y morales. En lugar de una nueva visión de sí mismo, más potente, el joven se sumerge en un estado de turbulencia interna y un aislamiento de la realidad. Así el adolescente frente a la incapacidad de asumir un rol, se evade de distintas maneras: dejando de asistir a la escuela, abandonando el trabajo o aislándose en actitudes inadecuadas e incomprensibles.

Para Erik Erikson la identidad negativa correspondería a la elaboración del sentimiento de falta de una identidad aceptable, el que se expresaría a través de una hostilidad desdeñosa hacia los roles que se presentan en la sociedad como adecuados o deseables. Se prefiere elegir una identidad contraria a la que la sociedad sugiere, antes que permanecer sin identidad. Cuando el adolescente no logra un compromiso intenso e inmediato con un rol determinado, puede caer en el aislamiento social, las drogas, la delincuencia, lo que le implica evitar o en el mejor de los casos postergar su identidad.

Bien encarado, asumidos solo como momentos de un continuo y sin rigidizaciones prematuras, la confusión de identidad y la identidad negativa no son irreversibles, y pueden llevar al logro de una identidad positiva, la que permitiría al joven ampliar las fronteras de su mundo y experimentar bienestar psicológico.

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GUÍA 4

Resiliencia

Frente a un mismo acontecimiento crítico, hay personas que reaccionan con más resiliencia o menos vulnerabilidad. La resiliencia no es una capacidad solamente innata sino que requiere ser estimulada, aprendida y nutrida por el entorno.

Resiliencia es un término originado en la metalurgia que se refiere a la capacidad de los metales de resistir un impacto y recuperar su estructura.

En las ciencias sociales, se refiere a la capacidad humana de hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido.

La capacidad de resiliencia se prueba en situaciones de estrés agudo y prolongado como son por ejemplo: la pérdida inesperada de un ser querido, el maltrato y abuso físico y/o psicológico, abandonos afectivos, fracaso escolar persistente, catástrofes naturales y extrema pobreza.

Hay factores que actúan como muro de contención en situaciones límites:

• autoconcepto amplio y sólido con percepción de las propias debilidades, habilidades y competencias;
• vínculo(s) afectivo(s) de aceptación básica e incondicional;
• red social que proporciona sentido de pertenencia y ayuda concreta;
• sentido de humor que suaviza las asperezas y aminora el dolor;
• creatividad que imagina y moviliza recursos para la solución de problemas;
• sentido de transcendencia que permite darle significado a las experiencias difíciles.

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GUÍA 5

Ensayo

- ¿Cómo me gustaría verme en diez años más, tanto en el plano de la relación de pareja, familiar y laboral?
- ¿Qué pasos debería seguir para llegar a esta meta?
- ¿Con qué recursos personales, familiares y de la comunidad puedo contar para llegar a esa meta?
- ¿Cuáles serían las dificultades con las que me podría encontrar?
- ¿Cómo podría intentar superarlas?

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GUÍA 6


Factores protectores

Entre los factores protectores del bienestar psicológico se pueden destacar: el desarrollo de un proyecto de vida, el desarrollo y activación de redes sociales y el desarrollo de habilidades sociales. Los rituales tienen además un rol de importancia para una buena autoestima.

• Pensar y visualizar el proyecto de vida:
Es una de las principales tareas de desarrollo que enfrenta el adolescente. Implica atreverse a imaginar lo que se desea lograr en la propia vida y analizar las posibilidades y acciones concretas para conseguirlo. Implica considerar la realidad en que se vive, los recursos personales y sociales con que se cuenta y las dificultades que se presentan y pueden presentar, para llevar a cabo el proyecto vital. El temor a no ser capaz y la idea de que a pesar de los esfuerzos desplegados resulta imposible lograrlo, son algunos de los factores que hacen que un joven no proyecte su vida y que se rinda frente a las circunstancias que lo limitan.

Muchas veces los adolescentes tienen la sensación de que la vida es algo que les ocurre, que depende de decisiones tomadas por otros. Es importante como factor protector, desarrollar la idea de ser actor y no espectador de la propia vida. Por otra parte, visualizar las consecuencias que pueden tener los propios comportamientos, y la capacidad de anticipar los resultados positivos y negativos que derivan de los estilos de vida adoptados, son factores importantes para desarrollar o recuperar la sensación de control sobre la propia vida.

Si bien no se puede elegir ni manejar todos los aspectos de la vida, sí es posible tomar opciones, elegir caminos, adoptar estilos de vida más o menos saludables. Los estilos de vida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se definen como patrones de conducta individuales o grupales sostenidos durante un plazo relativamente prolongado, los que están condicionados por valores, creencias, actitudes, hábitos conocimientos y condiciones socioeconómicas del grupo de referencia, y que directa o indirectamente condicionan la conducta personal.

El estilo de vida tiene por tanto varios componentes:
- El componente material: comprende los elementos tecnológicos producidos por el medio para adaptarse de manera adecuada al medio ambiente (por ejemplo: vivienda, vestuario, hábitos alimenticios).
- El componente social, caracterizado por las redes sociales y las agrupaciones formales de la sociedad.
- El componente ideológico que incluye los valores y creencias compartidos por los integrantes del grupo social que generan en el individuo expectativas y conductas específicas en todos los ámbitos.

La familia y la escuela pueden cumplir un importante rol dando confianza a los jóvenes y las jóvenes para imaginar su futuro y atreverse a trabajar para lograr lo que quieren.

• Desarrollar y activar redes sociales:
La red social personal está formada por la familia cercana, los amigos, los vecinos, los compañeros de estudio y/o trabajo, el personal de las instituciones a las que se acude y los conocidos.

El efecto protector de las redes sociales se relaciona con las funciones de apoyo emocional, contención de emociones negativas, apoyo instrumental, apoyo en situación de crisis, información y regulación de los comportamientos de riesgo o inadecuados que ellas brindan.

Las personas aisladas, aquellas que no tienen contacto habitual con sus familiares, amigos o conocidos, son mucho más vulnerables frente a situaciones adversas o crisis vitales. Es por tanto importante desarrollar y activar las redes sociales, para amortiguar el efecto de los factores de riesgo.

• Desarrollar ciertas habilidades sociales:
Se entiende por habilidades sociales, capacidades específicas que componen la conducta social y que son necesarias para asegurar que ésta sea exitosa y aceptada socialmente. La Organización Mundial de la Salud destaca algunas de ellas y las denomina “habilidades para vivir”.

Son habilidades sociales relevantes:
- La habilidad para tomar la perspectiva del otro.
- La habilidad para percibir las normas que prevalecen en el medio social y para actuar en función de ellas.
- La capacidad de tomar contacto con las propias sensaciones y emociones.
- La capacidad de autocontrol.
- La capacidad de anticipar las consecuencias de la propia conducta.
- La habilidad de comunicarse en forma efectiva.
- La capacidad de resolver conflictos positivamente
- La capacidad de enfrentar y resolver problemas.

Estas habilidades se pueden desarrollar y fortalecer.

• La autoestima:
Es la imagen y valoración que cada persona tiene de sí misma. Se refiere a diferentes aspectos como el aspecto físico, el académico y/o laboral y las relaciones sociales. Una persona con buena autoestima, con confianza en sí misma es menos vulnerable a las adversidades de la vida, o a los factores de riesgo. La creación de ambientes que favorecen la resolución exitosa de problemas, el señalamiento de los errores valorándolos como oportunidades de aprendizaje, el apoyo frente a las dificultades, ayudan a la formación de una autoestima saludable. El señalamiento permanente de los errores y la crítica negativa habitualmente disminuyen la confianza en sí mismo.

Uno de los factores que más se ha relacionado con la capacidad de recuperación de las personas que han vivido situaciones adversas es la existencia de por lo menos un adulto significativo que haya tenido confianza en ellos. El sentir que los padres, los profesores, los amigos confían es fortalecedor de la autoestima. Esto resalta la importancia de desarrollar y cuidar contextos familiares, escolares, sociales, acogedores y apoyadores.

• Los rituales:
Son comportamientos simbólicos que desarrollan los distintos grupos sociales para enfrentar situaciones clave y críticas en la vida de las personas. Se relacionan con eventos importantes como el nacimiento, el matrimonio, la muerte, y ayudan a enfrentar estos sucesos, facilitando su elaboración psicológica y su integración al curso histórico del grupo familiar y social. Cada cultura tiene sus propios rituales, y también cada grupo social o familia. El contexto escolar tiene sus propios rituales como son el inicio y el fin de la escolaridad, las premiaciones, la incorporación de alumnos nuevos y la despedida de los que tienen que partir. Los rituales, además de ayudar a la elaboración de momentos y situaciones críticas forman parte de la identidad de las personas y de los grupos sociales. El respeto de ciertos rituales sociales y/o familiares actúa como factor protector. Así, por ejemplo, y contrariamente a lo que a veces se piensa, la preparación y participación en el funeral de un ser querido ayuda a elaborar el desgarro que puede significar su partida.

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GUÍA 7


Trastornos que afectan a los adolescentes

A. ANOREXIA NERVIOSA
La anorexia nerviosa es un trastorno que afecta principalmente a mujeres adolescentes, pero también a prepúberes y mayores, y en menor medida a hombres; se caracteriza por una pérdida de peso autoinducida por medio de una estricta restricción alimentaria, y/o el uso de laxantes y diuréticos, la provocación de vómitos o exceso de ejercicio físico. La persona se niega a mantener un peso mínimo dentro de la normalidad, manifiesta un miedo intenso a ganar peso y una profunda distorsión de su imagen corporal.

La edad más común de inicio de la anorexia nerviosa es de aproximadamente 15 años.

Se distinguen dos tipos de anorexia nerviosa (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (4° versión), de la Asociación Americana de Psiquiatría, 1994):
• El tipo restrictivo, las personas logran bajar de peso restringiendo su ingesta voluntariamente.
• El tipo compulsivo, o purgativo: las personas no logran controlar lo que comen, entonces ingieren grandes cantidades de comida de una vez y lo eliminan mediante vómitos autoinducidos, el abuso de laxantes o diuréticos.

En muchos casos, la joven comienza una dieta y realiza ejercicio, para bajar de peso, lo cual le genera satisfacción y bienestar y pasa inadvertido en la familia. La enfermedad se hace evidente cuando la negativa a comer es muy marcada y la delgadez es extrema, o cuando se interrumpe el ciclo menstrual.

ETIOLOGÍA
Aunque las causas fundamentales siguen sin conocerse, hay cada vez mayor evidencia de que tanto factores biológicos, socioculturales como psicológicos contribuyen a su presentación.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS
En todas las personas con anorexia está presente un miedo intenso a engordar y convertirse en obesos, se consideran gordas a pesar de estar muy delgadas.

Estas personas reducen drásticamente su ingesta (pueden llegar a la inanición total), eliminando especialmente los hidratos de carbono y los alimentos grasos.

La mayoría de las conductas para perder peso se realizan en secreto y se presentan conductas particulares acerca de la comida tales como:
• Gran preocupación por el contenido calórico de los alimentos.
• Rehusar comer con familiares o en lugares públicos.
• Esconder comida por toda la casa.
• Coleccionar recetas de cocina y preparar comida elaborada para los demás.
• Deshacerse del alimento durante las comidas, poniéndolo en la servilleta y escondiéndolo en los bolsillos. Cortar la carne en pequeños trozos y pasar mucho tiempo reordenándola en el plato.
• Tomar mucha agua.

Estas personas son muy hábiles para disimular su delgadez, suelen usar mucha ropa amplia y superpuesta. Son reservadas, mantienen secretos sus rituales alimentarios, niegan sus síntomas y se resisten al tratamiento.

Cabe destacar que se calcula que alrededor 5% de las mujeres jóvenes, si bien no cumplen con todos los criterios para recibir el diagnóstico, manifiestan algunos síntomas de anorexia nerviosa.
Algunas complicaciones médicas de los trastornos de la conducta alimentaria asociados con la pérdida de peso y con las purgas (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (4° versión), de la Asociación Americana de Psiquiatría).

Pérdida de masa muscular y tejido adiposo, reducción del metabolismo tiroideo, intolerancia al frío y dificultades para mantener la temperatura corporal.
Pérdida de la musculatura cardiaca, arritmias, bradicardia, taquicardia, muerte súbita.
Hinchazón, estreñimiento, dolor abdominal.
Cese de la menstruación, alteración de niveles hormonales.
Aparición de lanugo (pelo delgado en la cara), edemas, piel seca, áspera y fría.
Depresión, alteración del gusto, trastorno cognoscitivo leve.
Crisis epilépticas.
Fatiga, debilidad.
Osteoporosis.
Erosión del esmalte dental, especialmente de los incisivos.
Lesiones en los nudillos.

TRATAMIENTO
Considerando el riesgo de vida de quien padece esta enfermedad, resulta fundamental que la intervención sea precoz. En casos de mayor gravedad, la hospitalización es necesaria.

El tratamiento debe velar por la restauración del estado nutricional de la persona, así como hacerse cargo del estado psicológico individual y familiar del afectado.

B. BULIMIA NERVIOSA
La bulimia nerviosa es un trastorno que se caracteriza por episodios recurrentes de atracones[1] de comida, acompañados de intensos sentimientos de perder el control sobre lo que se come, culpa y autodesprecio; una persistente e indebida autoevaluación influenciada por la silueta y el peso, y el uso de métodos inapropiados para evitar engordar como la purga[2], el ayuno y el exceso de ejercicio.

En la bulimia nerviosa se pueden distinguir dos tipos de episodios (Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (en su cuarta versión), de la Asociación Americana de Psiquiatría, 1994):
• Purgativo: la persona se provoca vómitos regularmente y abusa de laxantes y diuréticos para compensar la gran ingesta de alimentos y evitar aumentar de peso.
• No purgativo: la persona recurre a otras conductas inapropiadas para evitar subir de peso, como el ayuno, el exceso de ejercicio, pero no a la purga.

La bulimia nerviosa es un trastorno más frecuente que la anorexia y, al igual que ésta, se da más en mujeres que hombres.

Su inicio suele ser más tardío en la adolescencia, puede ocurrir incluso al inicio de la madurez.

ETIOLOGÍA
En el origen de la bulimia nerviosa están implicados factores biológicos, sociales y psicológicos. Las personas afectadas tienden a presentar muy buenos rendimientos y a responder a las presiones sociales en torno a la delgadez, algunas de ellas han tenido problemas de obesidad o de sobrepeso, y frecuentemente tienen dificultad en el control de sus impulsos.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La bulimia nerviosa se suele presentar en mujeres con un peso normal. Son personas que presentan una gran preocupación por el peso y por su figura corporal y tienen un intenso temor a engordar.
• Son personas extrovertidas, irritables e impulsivas, lábiles emocionalmente.
• Manifiestan altas tasas de ansiedad.
• Muestran una marcada obsesión por la comida, hablan de dietas y del aporte calórico de los alimentos.
• Intentan controlar su peso a través de dieta o ayuno.
• Evitan comer en compañía de otros, y procuran comer poco y evitar alimentos ricos en carbohidratos y grasas.
• Suelen desaparecer al baño luego de las comidas.

Cuando están solas, estas personas se dan atracones, con todos los alimentos “prohibidos” en los regímenes. Durante estos episodios, comen muy rápido, en poco tiempo (por ejemplo en un período de dos horas), volúmenes muy superiores a los que la mayoría de las personas comerían en ese mismo lapso de tiempo. Sienten que han perdido el control sobre lo que comen, que no pueden parar ni controlar ni el tipo ni la cantidad de comida que ingieren. Comen de preferencia alimentos dulces, altos en calorías, a veces incluso sin importar el sabor, y muchas veces sin masticar. Hacen desaparecer grandes cantidades de comida, o dinero, con el que compran alimentos fuera de su casa.

Los vómitos se inducen normalmente introduciéndose los dedos en la garganta, aunque algunas personas son capaces de vomitar a voluntad. El vómito disminuye el dolor abdominal y el sentimiento de estar lleno, y permite continuar comiendo sin miedo a ganar peso. Les sigue una profunda depresión, o angustia post-atracón, en el que surgen sentimientos de culpa y autodesprecio.

Cabe destacar que a diferencia de las personas con anorexia, quienes padecen de bulimia nerviosa sienten malestar frente a su descontrol con la comida, razón por la que suelen buscar ayuda.

CURSO Y TRATAMIENTO
La bulimia tiene mejor pronóstico que la anorexia nerviosa, pero éste depende en gran parte de la gravedad de las secuelas de las conductas purgativas.

En algunos casos se producen mejorías espontáneas en 1 o 2 años.

El tratamiento se basa en diferentes tipos de intervención como psicoterapia individual, terapia grupal, familiar y farmacoterapia.

C. DEPRESIÓN
Habitualmente, las personas experimentan un amplio abanico de estados del ánimo[3], que varían entre lo normal, elevado o deprimido, y sienten que tienen cierto control sobre éste y su afectividad.

La depresión es un trastorno en el que la persona que lo padece pierde la sensación de control sobre su estado de ánimo y su afectividad, y experimenta un fuerte malestar general. Las personas con depresión muestran pérdida de energía e interés por las actividades habituales, sentimientos de culpa, dificultad para concentrarse, pérdida de apetito, a veces pensamientos de muerte o suicidio. También manifiestan cambios en su nivel de actividad, en sus funciones cognoscitivas, lenguaje y funciones vegetativas (sueño, apetito, actividad sexual, y otros ritmos biológicos). Generalmente este trastorno origina un deterioro del funcionamiento interpersonal, social y laboral (rendimiento académico en adolescentes).

Existen múltiples clasificaciones de tipos de depresión en uso, mencionamos una a continuación que distingue entre:
• Depresión Reactiva: está fuertemente ligada a situaciones desencadenantes externas. Los síntomas suelen presentarse con menor intensidad y oscilar según las circunstancias.
• Depresión Endógena: tiene factores desencadenantes internos, se distingue especialmente por la intensidad y la cantidad de sus síntomas.

Cabe destacar que el tratamiento farmacológico de ambos tipos de depresión tiende a ser el mismo.

ETIOLOGÍA
Se han identificado múltiples causas de la depresión, las que generalmente, interactúan entre sí:
• Predisposición biológica: herencia, alteración hormonal o bioquímica.
• Biográfica: estilo de personalidad, estilo de crianza, características familiares.
• Situaciones ambientales: situaciones estresantes (por ejemplo, cesantía), conflictos (por ejemplo, separación matrimonial), fracaso (económico), pérdidas (abandono amoroso, duelo).
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La falta de energía, el humor deprimido, la pérdida de interés y de la capacidad para el placer son síntomas claves de la depresión. Generalmente la persona deprimida distingue su estado de un estado normal de tristeza. Además en la depresión se puede observar:

Alteraciones emocionales:
• Ansiedad.
• Tristeza.
• Irritabilidad.

Alteraciones del pensamiento:
• Dificultad para concentración y memoria, dificultad para tomar decisiones.
• Desinterés.
• Indecisión.
• Desesperanza, visión negativa del mundo y de sí mismo.
• Ideaciones suicidas: 75% de los pacientes deprimidos piensan en suicidio, 10 a 15% lo cometen.
• Disminución de la velocidad y amplitud del discurso.

Alteraciones somáticas:
• Trastorno del sueño: dificultad para dormir, especialmente despertar precoz y múltiples despertares en la noche; o bien aumento del sueño.
• Alteración de la alimentación: generalmente disminuye el apetito (aunque en algunos pacientes éste aumenta).
• Cambio de peso.
• Disminución de la libido.
• Fatiga, falta de energía.

Alteración de los ritmos vitales:
• Puede alterar la regularidad del ciclo menstrual.
• Muchos pacientes observan las variaciones diurnas de sus síntomas, que tienen mayor intensidad por la mañana y se reducen considerablemente en el transcurso del día.

Alteración de la conducta:
• Llanto.
• Agitación/lentificación.
• Aislamiento de familia y amistades.
• Mutismo.
• Abandono de actividades que antes producían placer.
• Lentitud psicomotora generalizada.

El bajo rendimiento académico, el abuso de sustancias, las conductas antisociales, los problemas de conducta pueden ser síntomas de depresión en adolescentes.

Es importante destacar que los síntomas causan un observable sufrimiento, deterioro social, ocupacional o de otras áreas importantes.

TRATAMIENTO
La mayoría de las depresiones tienden a la recuperación, incluso de manera espontánea. Lo que hace indispensable el tratamiento es la disminución del período de sufrimiento emocional, las consecuencias de la enfermedad y prevenir el riesgo de suicidio.

El tratamiento se centra en farmacoterapia y psicoterapia individual.

El plan terapéutico debe encaminarse a los síntomas inmediatos y también al bienestar posterior del paciente, reduciendo el número y la gravedad de los factores estresantes.

D. ABUSO SEXUAL
Se define como abuso sexual la situación en la que un adulto o una persona al menos cinco años mayor (el abusador), involucra a otra (el abusado) en actividades sexuales de cualquier índole (insinuaciones, caricias, exhibicionismo, voyeurismo, masturbación, sexo oral, penetración anal o vaginal).
Estas actividades no son acordes al desarrollo psicosexual de la víctima, quien no da su consentimiento, ni logra comprender la situación.

Generalmente el abusador utiliza el poder que tiene sobre su víctima, para implicar su participación en dichas actividades sexuales y utiliza maniobras coercitivas tales como el chantaje, la manipulación, el engaño, la fuerza y la amenaza.

Se distinguen dos tipos de abuso sexual:
• Abuso sexual extrafamiliar: el abuso es cometido por una persona que no pertenece a la familia de la víctima. En este caso el abusador puede ser un extraño o alguien conocido del abusado o de su familia.

• Abuso sexual intrafamiliar: el abusador es un miembro de la familia del abusado.

Se ha demostrado que en la gran mayoría de los casos, el abuso es perpetrado por un conocido, tratándose de familiares o personas que forman parte del entorno social inmediato de la víctima.

MITOS Y FALSAS CREENCIAS SOBRE EL ABUSO SEXUAL
A pesar de ser un fenómeno presente a lo largo de la historia, sólo recientemente se ha advertido una preocupación y conciencia respecto de la magnitud e impacto del abuso sexual en la opinión pública. Lo cual no significa que hoy en día existan mayores tasas de abuso, sino que está siendo mayormente reconocido como problema.

La falta de información y el secreto alrededor del abuso sexual han facilitado la aparición de una serie de mitos o falsas creencias en torno al tema, de los cuales mencionamos algunos:

Sólo las mujeres sufren de abuso sexual: Si bien las víctimas de abuso sexual son prioritariamente mujeres o niñas, éste es un problema que también afecta a los varones. Es probable que se denuncien menos los abusos cometidos hacia los varones por temor al señalamiento o estigma social que implica.

El abuso sexual es un problema poco frecuente: El abuso sexual es un problema que afecta a muchísimos niños, adolescentes y jóvenes. Diversos estudios señalan que un 20% de las niñas y un 10% de los niños sufren algún tipo de abuso sexual antes de cumplir los 18 años.

El abuso sexual sólo se da en los niveles socioeconómicos bajos. El abuso sexual es un problema que ocurre en todas las clases sociales.

El abusador es un loco, de apariencia peligrosa: Los abusadores son expertos en el arte de la seducción. Saben cómo ganar la confianza de sus víctimas y de sus familias y, a veces, también saben cómo ganar el reconocimiento social de los demás. Son personas con una apariencia absolutamente normal, lo que dificulta creer que determinada persona haya cometido un abuso de esta naturaleza.

Los niños y los jóvenes mienten o inventan cuando denuncian un abuso: Los niños y jóvenes no mienten sobre estas materias, por el contrario, tienden a ocultarlo y no contarle a nadie lo ocurrido.

Las personas abusadas son responsables del abuso: En ocasiones se cree que las personas abusadas han incitado o provocado al abusador. Es importante considerar que la conducta erotizada de un niño es siempre consecuencia y no la causa de un abuso. Por otra parte, cuando el afectado es un adolescente, es probable que éste haya sido abusado durante muchos años y que el abusador haya asegurado su participación. Siempre existe una diferencia física, de edad y de experiencia entre un abusado y un abusador. Por lo tanto, el abusador es siempre el responsable del abuso y el abusado nunca es responsable.

Si esto le ocurriera a una persona cercana nos enteraríamos: Resulta fundamental recordar que los abusadores utilizan su poder sobre la víctima para asegurar que ésta guarde silencio.

El abuso sexual cometido por un conocido no consiste en un ataque violento o un evento aislado. Por el contrario, es un proceso relacional complejo, que se desarrolla paulatinamente a lo largo del tiempo. Por ello, es importante considerar que, por lo general, una persona es abusada durante varios años.

Al inicio del proceso abusivo el abusador comienza a seducir a su víctima, tratando de ganar su confianza. Poco a poco la incita a participar en actividades sexuales, ofreciéndole regalos a cambio o engañándola al decirle que se trata de juegos o formas de expresar el cariño. Estas actividades son gradualmente intrusivas.
Paralelamente a la involucración en actividades sexuales, el abusador impone a su víctima una “ley del silencio”. Le prohibe contar lo que está ocurriendo, valiéndose de la amenaza y del amedrentamiento. Advierte sobre las desgracias que pueden ocurrir si la víctima divulga el abuso, señalándole que además nadie le va a creer. Junto con lo anterior, el abusador comienza a culpar a su víctima, convenciéndola que ella fue quien lo provocó.

La víctima, generalmente, pasa años atrapada en esta dinámica y tarda mucho en abrirse a alguien. En ocasiones, gracias a la atenta mirada y abierta acogida de adultos sensibles, el abuso es descubierto en fases más tempranas. Sin embargo, muchas veces éste no se descubre hasta la adolescencia, cuando el o la joven temen que sus hermanos u otros niños sean abordados por su abusador. Desgraciadamente, a veces la divulgación no llega nunca.

Frente al abuso cometido por un conocido la víctima ve fuertemente vulnerada su capacidad para confiar en otros, e internaliza el mensaje “quien te quiere te daña”. Junto con lo anterior, desarrolla un autoconcepto negativo, sintiéndose “sucio”, “malo” y “culpable”.

El abuso sexual es un fenómeno que trasciende al abusador y la víctima. Podemos referirnos a un sistema abusivo, en el cual también participan terceros.

Terceros son las personas que rodean a la víctima y al abusador e incluye a otros familiares y a todos los agentes sociales y comunitarios. Los terceros tienen una importancia fundamental dentro del sistema abusivo, pues son quienes pueden descubrir el abuso y denunciar el hecho. Cuando los terceros o el entorno acogen la denuncia y protegen al niño o joven, el abuso se detiene. Por el contrario, si dudan de su relato y no hacen nada al respecto, el niño o joven afectado puede sufrir una revictimización. Tan dañino como el abuso mismo, es que nadie crea en el relato de la víctima y que nadie la proteja después de la denuncia.

E. CONSUMO DE DROGAS
Se entiende por droga cualquier sustancia natural o sintética que al ser introducida en el organismo a través de diferentes vías (nasal, inyectable, fumada o tragada), altera la actividad psíquica y el funcionamiento del organismo, por los efectos que produce principalmente en el sistema nervioso central.

Existen muchos tipos de drogas. Una de las clasificaciones en uso es la que distingue entre:
• Legales o lícitas: alcohol, tabaco o los fármacos de prescripción médica.
• Ilegales o ilícitas: marihuana, cocaína, heroína, pasta base, lsd, éxtasis.

Se entiende por consumo el uso de cualquier droga lícita y/o ilícita una o más veces durante el transcurso de la vida.

El abuso de drogas es un patrón desadaptativo de consumo de sustancias que conlleva a corto, mediano o largo plazo, un significativo deterioro o malestar. Este se manifiesta a través del incumplimiento de obligaciones en el trabajo, la escuela o en casa: ausencias repetidas, pobre rendimiento, expulsiones, suspensiones de la escuela relacionadas con sustancias, descuido de las obligaciones; pone en riesgo la integridad; ocasiona problemas legales repetidos relacionados con consumo de sustancias. Se mantiene el consumo a pesar de recurrentes problemas sociales o interpersonales causados o exacerbados por los efectos de la sustancia.

El consumo prolongado de sustancias puede ocasionar alteraciones físicas y neurológicas, fenómeno denominado dependencia física. Este se entiende como la necesidad fisiológica que desarrolla el organismo, acostumbrado a una cantidad determinada de sustancia para funcionar.

La necesidad de consumir una droga aumenta progresivamente hasta llegar a ser de tal intensidad que domina la vida del sujeto, perdiendo éste el interés por su trabajo, estudios, familia y, en general, por todo aquello que no tenga relación con consumir y conseguir droga.

CONSECUENCIAS DEL CONSUMO DE DROGAS
Cada una de las sustancias produce efectos diferentes en el organismo y las consecuencias de su uso también son distintas entre una droga y otra.

A continuación mencionamos algunos de las principales consecuencias sobre los sistemas nervioso central, cardio-respiratorio, digestivo y reproductivo de las sustancias ilícitas más utilizadas en Chile.

Marihuana
• Disminución de memoria de corto y largo plazo.
• Disminución de atención y concentración.
• Alteración de reflejos y coordinación.
• Alteración del tiempo y del espacio.
• Disminución de la capacidad de aprendizaje.
• Riesgo de gatillar cuadros psicóticos latentes.
• Alteración de la ovulación y el ciclo menstrual, mayor incidencia de abortos, partos prematuros y bajo peso al nacer.
• Disminución de número y movilidad de espermatozoides.
• Irritación de bronquio.

Cocaína
• Irritabilidad, temblor, ansiedad, intranquilidad.
• Insomnio, desgano.
• Alteración de la percepción y del juicio.
• Agresividad, alucinaciones.
• Pérdida de coordinación.
• Dolor de cabeza.
• Desarrollo de cuadros paranoicos.
• Psicosis.
• Aceleración del ritmo cardiaco y respiratorio.
• Secreción nasal, úlceras en mucosa nasal.
• Aumento de presión sanguínea.
• Pérdida da apetito, náuseas, diarrea.
• Hepatitis.

Pasta Base
• Irritabilidad, temblor, ansiedad, intranquilidad.
• Insomnio, desgano.
• Alteración de percepción y del juicio.
• Agresividad.
• Alucinaciones.
• Pérdida de coordinación.
• Dolor de cabeza.
• Desarrollo de cuadros paranoicos.
• Psicosis.
• Aceleración del ritmo cardiaco y respiratorio.
• Secreción nasal, úlceras en mucosa nasal.
• Aumento de presión sanguínea.
• Pérdida da apetito, náuseas, diarrea.
• Hepatitis.

Inhalantes
• Dolor de cabeza, vértigo, somnolencia.
• Destrucción de neuronas.
• Atrofia del nervio óptico (ceguera).
• Cambio de personalidad.
• Disminución de capacidades mentales.
• Bronquitis, tos, asfixia.
• Efecto cancerígeno.
• Secreción y ulceras nasales.
• Náuseas, pérdida de peso.
• Destrucción del hígado (hepatitis, cirrosis).
• Destrucción de riñón (insuficiencia renal, nefritis).
• Impotencia, anomalía en cromosomas.
Fuente: CONACE www.conace.cl

Se ha estudiado los múltiples efectos individuales y las consecuencias sociales del consumo abusivo de drogas, encontrándose, entre otros, los siguientes:
• Deterioro de la autoestima y de la imagen personal.
• Rechazo social y aislamiento.
• Estigmatización.
• Deterioro de las relaciones interpersonales, la relación de pareja y vida familiar.
• Disminución del interés y motivación por las tareas a realizar, lo cual afecta el rendimiento escolar y/o desempeño laboral, la productividad, la eficiencia y eficacia.
• Problemas conductuales y conductas delictuales.
• Altos costos de tratamiento.

Otros riesgos asociados al consumo de sustancias:
• Violencia
• Riesgo de accidentes: es especialmente crítico en ocupaciones que involucran manejo de maquinarias, responsabilidad sobre valores e información o sobre la seguridad de terceros.
• Riesgo de contraer el SIDA: no sólo por el uso de drogas vía intravenosa, sino por el aumento de conductas promiscuas.
FACTORES DE RIESGO Y FACTORES PROTECTORES ASOCIADOS AL ABUSO DE DROGAS
Se entiende por factor de riesgo aquellas características individuales, familiares o sociales que contribuyen a aumentar la posibilidad de generar problemas con el consumo de drogas; los más relevantes tienen relación con la agresividad, pares o amigos consumidores, problemas escolares y familiares. El nivel socioeconómico no permite detectar categorías con mayor riesgo de consumo.

Los factores de riesgo no son cada uno por sí solo causa del consumo, sino elementos que contribuyen, en conjunto, y en interacción con otros, a que este fenómeno se desarrolle. Tampoco es necesaria la presencia de todos estos factores para que el consumo de drogas ocurra. Cada caso de consumo es el resultado de una particular combinación de estos factores.

Algunos factores protectores frente al consumo habitual (pero no necesariamente al consumo ocasional) son una buena relación con el colegio, pertenencia a una familia que cumple bien sus funciones, y la religiosidad.

Pese a la importancia de factores familiares e individuales en relación con el inicio del consumo de drogas, el ambiente escolar (colegio y pares) parece más importante y condicionante de la frecuencia de esta conducta.

MAGNITUD DEL CONSUMO DE DROGAS EN ESCOLARES DE CHILE
EL CONSUMO DE DROGAS ILÍCITAS ENTRE ESCOLARES ES UN FENÓMENO NACIONAL
En Chile, según un estudio realizado por CONACE (1999), el promedio de edad del primer consumo de marihuana es de 14,4 años, de 13,5 años para la paste base y de 14,8 años para la cocaína.

La droga ilícita más consumida por los escolares de Chile es la marihuana, casi 22 de cada 100 escolares la han consumido al menos una vez en su vida.

En general, la diferencia entre el consumo de drogas ilícitas de hombres y mujeres es pequeña. En el consumo de tabaco y tranquilizantes las mujeres superan a los hombres, y en el consumo de alcohol la diferencia es mínima.

A medida que aumenta la edad de los escolares, también aumenta el consumo de drogas. En escolares de menos de 14 años, 9 de cada 100 declaran haber consumido alguna vez drogas ilícitas. Entre los escolares de 18 años de edad o más, son 38 de cada 100 los que declaran haber consumido drogas alguna vez en su vida. Se aprecia la misma relación al realizar la observación por curso: 37 de cada 100 estudiantes de 4° Medio declaran haber consumido drogas ilícitas alguna vez, contra 11 de 100 en 8° Básico.

Drogas de fácil acceso, como los solventes volátiles y los estimulantes, han ido ganando espacio entre los consumidores en edad escolar y superan a la pasta base y a la cocaína, al nivel de prevalencia.

Se observa que el riesgo de consumir cualquier droga ilícita con posterioridad al inicio del consumo de alcohol es 10 veces mayor respecto de aquellos que no han consumido alcohol. En el caso del tabaco, el riesgo de consumo de drogas ilícitas es casi 5 veces mayor respecto de quienes no han consumido cigarrillos.

TRATAMIENTO
Los procedimientos terapéuticos para tratar el abuso de sustancias varían en función de cada una de ellas, del patrón de consumo, de la disponibilidad de apoyo psicosocial y de las características individuales de cada paciente.

Sin embargo, en términos generales, los programas de tratamiento persiguen dos objetivos:
• La abstinencia de la sustancia, o en algunos casos, cambiar el patrón de abuso por un patrón de consumo más moderado.
• Obtener el bienestar físico, psiquiátrico y psicosocial del paciente. Cabe destacar que durante el período de abuso de sustancias se produce a menudo un importante deterioro del sistema de apoyo psicosocial.

Si bien en muchos casos la hospitalización se hace necesaria, la tendencia actual es acortar la estancia del paciente en la institución especializada y ofrecer fundamentalmente tratamiento ambulatorio.

Considerando los costos personales, familiares, sociales, y las dificultades y costo económico de los tratamientos, resulta fundamental otorgar mayor énfasis a los factores protectores, destacando la importancia del contexto escolar en la prevención del uso de sustancias. A su vez, los programas de prevención del consumo de drogas deben presentar un enfoque integral, que apele a la participación de todos los actores involucrados e interesados en el desarrollo social y el mejoramiento de la calidad de vida de la población.

¿UN AMIGO O FAMILIAR ESTÁ CONSUMIENDO DROGAS DE MANERA PROBLEMÁTICA?
Responda a las siguientes preguntas:
• ¿Pasa mucho tiempo encerrado en su pieza, baño u otro lugar, aparentemente haciendo nada?
• ¿Ha tendido a aislarse de la familia?
• ¿Ha cambiado bruscamente sus gustos o intereses?
• ¿Ha decaído su interés o dedicación en el colegio, trabajo, por sus amigos o en la casa?
• ¿Ha bajado notoriamente su rendimiento escolar o ha tenido problemas en el trabajo?
• ¿Ha tenido frecuentes problemas de conducta durante el último tiempo?
• ¿Ha notado cambios bruscos en su estado de ánimo, mayor irritabilidad, impulsividad, aislamiento?
• ¿Parece estar menos contento o feliz en comparación a como era antes?
• ¿Se ha visto excesivamente confundido o distraído?
• ¿Se ha puesto más egoísta, menos preocupado de los demás o más peleador con sus familiares y amigos cercanos?
• ¿Lo ha notado más descuidado con sus responsabilidades en la casa o en el colegio?
• ¿Ha desaparecido últimamente en la casa algún objeto valioso, ropa o dinero?
• ¿Ha cambiado repentinamente sus antiguos amigos por otros mayores?
• ¿Evitan sus antiguos amigos visitarlo en la casa?
• ¿Ha cambiado su presentación personal o forma de vestir, se ve más descuidado o desaseado?
• ¿Ha inventado con cierta frecuencia coartadas o excusas por no estar donde debiera estar?
• ¿Siente que ha perdido la comunicación con esta persona?
• ¿Ha mentido para encubrir pérdida de dinero o cosas?

Una respuesta afirmativa a cualquiera de estas preguntas no resulta un indicador válido, sin embargo varias respuestas pueden ser una alerta. Resulta fundamental atender a cualquiera de estas señales, ya que, aunque no signifiquen necesariamente problemas por consumo de drogas, pueden reflejar la presencia de otro conflicto.

Lo principal es mantener una buena comunicación dentro de la familia y entre los amigos, promover la conversación, afrontar juntos los conflictos y crear un ambiente de confianza, de manera que si se presenta un problema de este tipo, todos se sientan con la libertad y el apoyo suficiente para expresarlo.
Fuente: www.conace.cl
[1] Atracón: ingesta voraz de grandes cantidades de comida en un periodo breve de tiempo.
[2] Purga: autoinducción del vómito, uso de laxantes o diuréticos.
[3] Estado de ánimo: estado emocional interno continuo de una persona.